Kumbia Queers

¿Hay algo más lindo que ver a un grupo de mujeres divirtiéndose y haciendo lo que más les gusta sobre un escenario? Sus orígenes musicales se cimentaron a base de punk-rock, el género que terminó siendo el punto de partida de la banda. Hace años las Kumbia Queers vienen pisando fuerte en un ámbito que desborda sexismo y han conquistado los corazones de distintos públicos, desde lo más profundo de nuestra Latinoamérica hasta los sitios menos inexplorados del continente europeo. Cumbia, meneo hasta el piso, alegría y feminismo. Un combo perfecto que enciende fiesta y cabezas.

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Momentos destacados de la charla

«No resignarte a que tu vida sea sólo de ama de casa. Éso era lo que tenían planeado, entonces obvio que el bombardeo era ‘qué horrible, todas mujeres juntas, qué cotorrerío, qué nido de víboras’. Un montón de cosas horribles, que la verdad yo toqué en un montón de bandas de pibas y nunca fue un nido de víboras. Me he llevado mejor o peor, pero nunca jamás estuve en una banda donde hubiera situaciones así de feas como las que se suponía que se generaban cuando había pibas juntas. Horrible que esté instaurado eso».

«Y fue duro al principio, porque yo nunca había visto lo clasista, sectario, machista que era el rock. Porque mi espacio de rock siempre fue muy abierto y siempre fue bastante descontrolado, digamos, una escena muy chiquitita y underground. Sobretodo los pibes que hacían rock eran todos pibes que tenían plata para comprarse la mejor guitarra, para ir a tocar en auto y para burlarse de otros géneros de una manera clasista. La música es incuestionable: te puede gustar o no. En el momento vibrábamos con que era más punk hacer cumbia que hacer punk, porque el punk-rock estaba totalmente asimilado. Entonces ya no había ningún desafío en tocar distorsionado. La actitud rockera, la verdad, hacía 10 u 11 años que ya venía medio mmmmmm».

«Siempre nos pareció que nos podríamos expresar como quisiéramos y que estaba bien así. No sé si eso es transgresor. Creo que tiene que ver con una libertad compartida que te da como una soberbia, en un punto… Si vos te sentís libre y salís a la calle y sos la única que se siente libre, te van a tirar piedrazos. Ya si sos seis personas, medio aparatas, que se sienten libres y… en un punto fuimos bastante avasalladoras. No sé si la palabra es transgresora, pero sí bastante cuestionadoras».