Son tiempos difíciles para muchos y muchas. La coyuntura, el divisar fin de año, las metas que nos pusimos y asumimos que no vamos a llegar a cumplir, al menos durante lo que queda de este 2017. ¡Tantas cosas en la cabeza! ¡Tantos sentimientos inundando el corazón! Por suerte está la música. Ella, siempre fiel, no sólo nos acompaña sino que, en muchos casos, nos renueva las esperanzas. YO CREO, del mismo modo en que lo hizo De La Gran Piñata cuando nos invitó a un viaje al centro de nosotros mismos, del mismo modo en que lo hace y nos presta su arte para sobrellevar los bajones y musicalizar las alegrías. Creemos para crear y creamos para creer; y ahí está gran parte del secreto de la vida. Hoy, escribo sobre ellos, porque así como el arte nos salva, escribir es una manera de difundirlo y de acercarlo a otras personas. Con ustedes: De La Gran Piñata. 

Pasiones que dan escalofríos
La música, al menos en mi caso, va muy de la mano del estado anímico. En los últimos días, ando un poco «piñatera». Empiezo por sus canciones más oscuras; la lista sigue, sin que me anime a modificar la playlist y, sin darme cuenta, se cuelan las estrofas que me sacan sonrisas y me hacen ver que nunca vamos a estar del todo mal. 

Será que nunca estuviste sana,
será que nunca vas a estar del todo mal. 

DLGP lleva trece años de ensayos, escenarios, kilómetros, canciones, experiencia, ilusiones, decepciones, triunfos y fracasos. Cuentan con cuatro discos y un demo, por lo que también, sabe de horas dentro de estudios de grabación.

No se hacen, son. Son una banda de amigos que hacen música y disfrutan de hacerlo. Y ahí, teniendo ese lazo presente, las canciones cobran resignificado.

Junto a sus amigos, se puso una banda  (…)
Y hoy sabe que todo ha valido la pena.

De la Gran Piñata está lejos de la pose y está en el centro del rock, siendo sus discos un viaje por diversos estilos que pueden ayudarnos a divisar los variados gustos musicales de sus integrantes. Rock en estado puro, acordes arrabaleros y pasajes propios del hard rock; la diversidad con la marca registrada de la voz de Pantera.

¿Alguien puede pensar que esa fórmula puede fallar? Supongo que no pero, por suerte, la banda no se repite. Cada álbum nos lleva por caminos diferentes. Se reinventan y afianzan los pasos que dan. Construyen una historia distinta, una historia propia. Sus shows, cada vez más convocantes, son la oportunidad perfecta para ver que lo que suena en el disco se condice con el vivo y que el  feed back con el público es tan íntimo como respetuoso.

Hace un tiempo hablamos con ellos, y de esa charla, quiero rescatar dos momentos:

– Contándonos sobre su historia, seguramente se les vienen a la mente un montón de shows y de cosas que fueron superando, ¿cuándo creen que se dio ese paso para que hoy sean una de las bandas más convocantes del país?

Panter: Yo creo que la gente es la que tiene su propio momento de quiebre. Un día, mi vieja me llamó emocionada porque habíamos salido en un suplemento del diario. Yo pensé que alguno de los chicos había hecho una nota, pero no, simplemente aparecía “De La Gran Piñata” en letra chiquita (risas). Cada uno tiene su propio momento. Nosotros lo sentimos desde el momento que hacemos canciones y la gente saca su entrada anticipada para escuchar lo que estamos haciendo. La gente tiene ganas de venir a ver a la banda, y ese es nuestro quiebre musical, sea una persona o cien. Están eligiendo venir a vernos sobre todas las demás opciones que hay, que son un montón. Nosotros arrancamos como todos, llevando a los primos y a los amigos. Lo que está pasando ahora es una locura, que 2000 personas saquen una entrada para venir a vernos es inexplicable.

– ¿Caen en la cuenta de la importancia de sus mensajes en la vida de la gente?

Panter: Como premisa, la banda hace canciones porque tiene ganas de escribirlas. Nunca para rellenar un disco. Primero intentamos que nos emocione a nosotros, que nos llegue, y todas nuestras canciones nos identifican y nos emocionan. Entonces, no veo ilógico que nuestros mensajes emocionen a alguien más. No lo digo desde un lado pedante, sino todo lo contrario. Lo único que buscamos es que las canciones nos lleguen a nosotros, y las consecuencias son éstas. Ver a la gente con tatuajes de la banda, con frases en su piel es emocionante, pero no es muy complejo de entender el por qué pasan estas cosas. Lo hacemos para nosotros y eso llega a los demás. De ahí viene la respuesta de ¿por qué no sacamos más discos? Porque disfrutamos al máximo las canciones que tenemos y cuando sea el tiempo de escribir algo nuevo que nos conmueva lo vamos a hacer y lo vamos a mostrar.

Nota completa: http://corriendolavoz.com.ar/entrevista-de-la-gran-pinata-y-un-miercoles-porteno/

Este año, lo empezaron en Baradero. Detrás del escenario se acercaron a conversar con los medios que estaban allí. Dieron notas y se quedaron un rato largo compartiendo charlas, anécdotas y risas, después se fueron a ver el festival como simples espectadores. Sacándose fotos con los fans que se acercaban pero, sobre todo, disfrutando de la música en vivo.  

El equilibrio entre los opuestos, su último disco, [mas allá de poder ser un consejo saludable para dejar de andar a los tumbos], parece un lindo resumen de lo que son estos «pibes» tan distintos pero iguales. De La Gran Piñata, como ya he dicho, es una banda de amigos que hacen música y son artistas que decidieron hacer lo que aman entre amigos. Eso se nota arriba y abajo del escenario, eso lo transmiten y eso es motivo más que suficiente para seguir creyendo.

PLAYLIST