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Símbolo del rock contestatario de los ‘70. Pedro y Pablo: «La marcha de la bronca».
Buenos Aires, año 1970
El rock nacional camina sus primeros pasos y un dúo folk recorre pubs y bares cantando para unos pocos hippies que los siguen. Son Miguel Cantilo y Jorge Durietz, quienes se habían conocido en el verano del ’67. Así lo recuerda Miguel: “Cuando terminaba el bachillerato y empecé a tocar la guitarra más frecuentemente, me dijeron ‘che, hay un pibe que vive ahí cerca que tiene un grabador Grundig’, que para esa época era una nave. Era Jorge, y a partir de entonces nos reuníamos y tocábamos covers y los grabábamos”.
El músico de tango Horacio Molina los escucha en un café concert y los presenta en el sello grabador en que él grababa, que era CBS. Por aquel entonces se hacían llamar ‘Los Cronopios’ en homenaje a los personajes de Julio Cortázar pero en 1969 cambian el nombre para editar el primer simple. “El disco ya estaba grabado y no teníamos nombre. Nos metieron en una habitación y nos dijeron: ‘de acá salen con el nombre o no salen’. Empezamos a barajar y ‘Pedro y Pablo’ nos parecieron dos nombres que podían ser fáciles de recordar por la gente, quedó así y funcionó”.
La masividad para el dúo llegaría de la mano de su segundo simple, que incluía “La marcha de la bronca” en el lado A, y vendió 80.000 copias en los primeros meses. «’La marcha de la bronca’ es simplemente el descontento que viene generando desde hace varias décadas la incapacidad de una clase dirigente que se aprovecha del poder para robarle al país. La escribí cuando era un adolescente y gobernaba la dictadura militar, pero después se han ido sucediendo otros gobiernos que han hecho lo mismo con diferentes matices y la canción sigue como vigente, y creo que así seguirá mientras sigan sucediendo estas cosas”, reflexionaba Cantilo hace unos años.
Son tiempos de la dictadura de Juan Carlos Onganía y la letra expresa el descontento de un país que tiene “bronca porque matan con descaro, pero nunca nada queda claro. Bronca porque está prohibido todo, hasta lo que haré de cualquier modo“. Sin embargo, a pesar de la dureza de algunos párrafos, en el mensaje se impone la protesta pacífica: “Bronca sin fusiles y sin bombas, bronca con los dedos en V”, una V que era símbolo de la cultura hippie, de paz, de victoria, y “Bronca que también es esperanza, marcha de la bronca y de la fe”.
“Por suerte en CBS había un productor joven, Francis Smith, que fue quien se jugó a sacar el segundo simple con ‘La marcha…’, cuando nadie había editado una canción con ese tipo de letra todavía”, recuerda Miguel. La canción ganó el primer premio en el ‘Festival Nacional de Música Beat’ y fue incluida también en el álbum “Yo vivo en esta ciudad”, publicado en 1970.
“Si la gente eligió esa canción de todas las que compuse, acepta Miguel, por algo será y no me molesta, aunque preferiría no ser (más) el portavoz de ese sentimiento”.
Ficha técnica:
Autores: Miguel Cantilo y Jorge Durietz
Intérprete: Pedro y Pablo
Músicos: Miguel Cantilo (voz, guitarra) y Jorge Durietz (guitarra).
Duración: 3 min. 48 seg.