Rock, blues y boleros: Maxi Prietto cuarteto y una noche con amigos en el Xirgu

  1. Viejos amigos y compañeros de ruta en el under porteño-platense, Maxi Prietto y Natalia “Poli” Politano compartieron momentos en el concierto que Prietto brindó en el Teatro Margarita Xirgu, en el barrio porteño de San Telmo. Además, el ‘frontman’ de Los Espiritus desplegó parte de su trabajo con su formación en cuarteto y fragmentos de su repertorio solista, mostrando una versión musicalmente madura y potente de lo que conocimos como indie.

Puede que algún o alguna desprevenida, tal vez por haber conocido a Prietto a partir del boom de Los Espíritus (que pasaron de tocar en pequeños escenarios a llenar el Estadio Malvinas Argentinas en poco más de dos años), no sepa que quien emerge desde el fondo del escenario, sorteando instrumentos y cableríos, es Natalia Politano, voz y compositora de Sr. Tomate, banda referente del under platense apenas comenzado el nuevo siglo. Poli, como la anunciaba el cartel de la fecha, inauguraba un semicírculo desde la izquierda del escenario, completado por su crew “La Vandurrit”: Belén Burgos en percusión, Camila Duque que también se calzó el acordeón, Fer Giorgis en trombón y Martín Murphy en bombo legüero. La formación habla del sonido que propone: latidos de gigante desde las chanchas, frecuencias bajas enmarcadas por el trombón, y el legüero para confirmar el sello folk. Todo estaba listo para dar apertura el show en la ya entrada noche de viernes.

“Soy como la muerte, nunca descanso”, lanza Poli como carta de presentación de una corta pero intensa lista de temas. Algunos inéditos, otros clásicos de diversos géneros: en el legüero y las palmas se apoyó la zamba Yo vendo unos ojos negros, sonaron valses y diversas tonadas con la marca lo-fi impresa en la voz de Poli, que remite sin mucho esfuerzo a la voz de Nico en el exitoso experimento de Andy Warhol, cuando la puso al frente de The Velvet Underground. Menos de una hora pasó y Poli se despedía del público que ya casi colmaba el auditorio del Xirgu. El deseo de muchos y muchas fue que sea apenas un hasta pronto.

PH: Cortesía Rancho Frenesí
PH: Cortesía Rancho Frenesí

La presencia de Poli abriendo la noche y luego compartiendo escenario con Prietto no es casualidad. Más de una década ha transcurrido desde los primeros pasos que dieron Prietto viaja al cosmos con Mariano (proyecto compartido con Mariano Castro) y Sr. Tomate, artífices fundamentales de la refundación del indie del nuevo milenio con base en Buenos Aires y La Plata. Este año los encuentra compartiendo protagonismo en un disco de boleros que verá la luz el próximo mes y esta fecha no dejaría de mostrar adelantos de lo que viene.

El plato fuerte de la noche llegó entrando a la medianoche. Se abrió el telón y el Maxi Prietto cuarteto abrió la primer tanda de temas con Perro de Hospital, para luego visitar buena parte de los temas que componen su último disco Prietto (2015), una pieza cuya edición física anticipa en una etiqueta “51 minutos de blues, rock y raíces”.

 Ya sabemos que Prietto no reniega de la herencia musical del siglo pasado: pueden encontrarse, sin hurgar mucho, grandes motivos del rock progresivo de los 60-70 en Los Espíritus o del rock más callejero de Buenos Aires; en el disco Prietto, el cuarteto que comparte con por Damián Manfredi en contrabajo, el espíritu Felipe «Pipe» Correa en batería y percusiones y  Miguel Tennina en piano, despliega una versión brillante de lo que conocimos del blues y el rock de los años cincuenta y sesenta. Así sonaron Estás lejos, Esmeralda y Ay, corazón, momento en el que Prietto comenzó a mostrar, por si quedaban dudas, que la guitarra es una extensión de su cuerpo y que puede crear mundos en solos de unos pocos minutos.

“No te rindas / ni aunque veas tu nombre / en la lápida”, susurra Prietto en ese canto a la esperanza que es No te rindas, y que forma parte de las grabaciones que el músico sube con regularidad a las redes. Bajó la intensidad rockera y subió otro tipo: la del bolero, otro género que el líder de Los Espíritus viene explorando hace algunos años. El cuarteto se conformaría en orquesta: las cuerdas de la Fernández Fierro, bongós al fondo, Miguel Mactas en una segunda guitarra y una vez más, la voz de Poli. Un muestreo apenas del nuevo disco que publicarán en el mes de mayo, según adelantó Maxi Prietto desde el escenario: Prietto y Poli en las voces, con cuerdas de la Orquesta Típica Fernández Fierro, e invitados de la talla de Andrés Calamaro y Gustavo Santaolalla. Más que prometedor.

La voz de Poli se acomoda gustosa en el género, así sonó Perfidia, un clásico que pudo corear la mayoría del público abrazando la decena de músicos que también ejecutó en conjunto Si no te vas y Palmeras (ambos registradas en el disco La última noche, el antecedente directo del disco que está por salir), y una de las composiciones originales de Poli que serán incluidos en el nuevo trabajo, como Témpanos lejanos, que cerró el bloque de boleros. Antes de bajar, Poli se quedó unos minutos más con el cuarteto para hacer sonar Las marcas del reloj, otra bella pieza de la oriunda de Oriente, provincia de Buenos Aires.

PH: Cortesía Rancho Frenesí

El final sería de nuevo en la intimidad del cuarteto. Con las camisas floreadas que parecen acompañar a Prietto en cada proyecto, el conjunto terminó por completar casi la totalidad de las canciones de su disco con Las aguas, Vivelo, y el cierre con Trae orden. Antes del final, dos momentos claves: el homenaje de Oscar Alemán con la versión de Definición de ritmo, y la irrupción desde el público del clásico #MMLPQTP (con insistencias aisladas de aplicar la versión menos sexista “la yuta que te parió”) y la consigna “aborto legal / en el hospital”, que fue recogida por Prietto para generar un intercambio pregunta-respuesta con fraseos de los músicos y el coro de buena parte del público. “Esta es la sección ‘legalicen el aborto’”, bromeó desde arriba el maestro de ceremonias, sumándose a la fuerte campaña de diversos sectores de la sociedad por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Podríamos arriesgar que no se trata de una impostura. Alcanza con leer algunas letras al azar de los diferentes proyectos de Prietto para ver que hay contenido ahí, hay posturas políticas y declaraciones de principios. En Rock del paraguas, el último antes de los bises, canta “hoy amanece y veo que ya están los diarios ahí / con todas esas opiniones que te oiremos decir mañana / te duele justo donde te dijeron que te tenía que doler / no busques más culpables: ¡es tu paraguas el que hace llover!”.

PH: Cortesía Rancho Frenesí

Retomando los aires de género ya agotados para muchos, Prietto recupera lo más rico de esas tradiciones sin comprar cánones ni recetas ineludibles, sino dándole vida una vez más, desde interpretaciones cuidadas, sin poses, y con grandes composiciones que no dejan de explotar en función de las cualidades musicales del referente del indie: ahí su voz que arrastra las erres como si llevara un wah-wah en el corazón. Y el público celebró una vez más que no alcance un solo proyecto para lo que Maxi Prietto tiene para dar, aunque muchos no hayan pensado jamás en ponerse a escuchar un bolero. El Xirgu fue una fiesta, y la ovación final con Prietto levantando su vaso a manera de brindis, tuvo un fuerte gusto a “gracias, hasta la próxima”.