El músico inglés Pete Doherty, se presentó en nuestro país, tras habernos visitado hace algunos meses. Esta vez, nada impidió que se pueda disfrutar plenamente del show.
Pocos conocerán la historia que tuvo en la ciudad de Buenos Aires a fines de 2016. Resulta que, tras haber pisado por primera vez suelo argentino con The Libertines – junto a Carl Barat y compañía -, lo dejaron “varado” por problemas de producción, y aprovechó para hacerse un par de fechitas.
Arrancó con dos shows acústicos en el Club Mod y uno en formato eléctrico, con su banda The Putamadres, en Club Araoz. El compositor quedó tan encantado con la ciudad, en especial con el barrio de San Telmo, que terminó instalándose allí durante un mes, antes de retornar a Europa para continuar con su gira.
El pasado fin de semana, sin contratiempos de producción, llegó al escenario del Teatro Vórterix en la noche del viernes y, el sábado, llevó su música al Galpón de la Música (Rosario).
Si bien se presentó con sus músicos en versión “enchufada” no le faltó oportunidad para meter piezas acústicas quedando en el escenario sólo el y su guitarra, la que -como no podía ser de otra manera- terminó revoleando al finalizar el show.
En la antesala, los que ingresaron temprano, pudieron disfrutar de los shows de Vicio, Los Peligros y Jack Jones (su guitarrista).
El momento tan esperado comenzó con I don’t love anyone, el primer single de su último disco titulado Hamburg Demonstrations, al que le siguieron canciones de dicho álbum, de sus trabajos solistas y un repaso por los temas de los Libertines y, de su otra ex-banda, Babyshambles, cerrando con la infaltable Fuck forever.
Por supuesto, el grupo estaba compuesto por la clásica formación: guitarra eléctrica-bajo-batería, a los que se le sumaron: guitarra acústica, violín, teclado, banjo, pandero, armónica y hasta una flauta melódica.
La gira sudamericana siguió por Chile y Uruguay, para retornar luego a Francia donde continuará con su gira europea. Esperamos que se les ocurra “dejarlo abandonado” nuevamente pero que esta vez sea definitva, para así tenerlo como un vecino más.