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Entrevistas

Lucy Patané: la arquitecta en su laberinto

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Lucy Patané es, sin lugar a dudas, un nombre de referencia dentro de la escena local del nuevo milenio. Pieza clave de innumerables proyectos, la joven veterana del under acaba de lanzar su primer disco. Con el LP todavía caliente y previo a los conciertos de presentación, Corriendo la voz entrevistó a la artista de múltiples rostros.

Lucy brilla. Irradia luz en uno de esos mediodías en los que la primavera se cuela entra las montañas de hojas secas del otoño. Desayunamos en un café típico en pleno Almagro y charlamos largamente sobre el disco, sobre las génesis de las canciones, los procesos creativos y la actualidad de la escena. Lucy encuentra con claridad el hilo que conecta mucho de su impronta como artista y los días de su infancia en Bernal, una casa llena de instrumentos, donde sonaba Paquito D’Rivera tanto como la Mahavishnu Orchestra o heavy metal. Lucy recuerda las Pascuas en que despertaba y encontraba pequeños papeles con pistas para llegar al objetivo final: cada pista conducía a otra, a otra y a otra, hasta dar con el preciado huevo de chocolate. Esos laberintos, repletos de enigmas, son los que replicó la Lucy Patané adulta, ya a un par de bondis de la zona sur, para desembocar en Lucy Patané, el disco. Las pistas no fueron papeles sino sonidos, tomas, retomas, errores, pruebas, explosiones mentales, hartazgos, miedos, angustias. El huevo de chocolate: 12 tracks para darse un atracón. “Estoy muy fan de mi disco. Nunca me pasó eso. Los discos que hice de mis bandas, los amo y los amé, pero siempre después de terminarlos no los quiero escuchar por mucho tiempo. Pero este nunca dejé de escucharlo. Me gusta. ¡Me encanta!”. Lucy está felíz: ha sido parte de decenas de proyectos que incluyen La Cosa Mostra y Las Taradas, es parte de los proyectos de Paula Maffía y Diego Frenkel, pero su primer disco solista, esa tardía expedición hacia el fuego interno, parece ser lo que andaba buscando.

PH: Carla Perrone (@floresparaelrio)

Hace años que tocás, tuviste muchos proyectos y colaboraciones, sin embargo, recién ahora sale tu primer disco en formato solista. ¿Cuál fue el clic para que salga este disco ahora?

LUCY PATANÉ: Había empezado a sentir un poquito de insatisfacción en todos los proyectos en los que estaba. Todos eran buenísimos, pero sentía que en ninguno estaba terminando de poner toda la data. Siempre había algo que me quedaba prendido fuego adentro, como que no correspondía en ningún proyecto. Y eso me empezó a generar insatisfacción, estaba bastante molesta con todo.  Empecé a sentir que quizá era el momento de plasmar todo eso en un disco. Un poco el clic fue eso. Mene [Savasta], que es mi amiga hace muchísimos años, fue quien de alguna manera, todas esas ideas y deseos un poco abstractos, los ordenó y le dio la forma de que eso podía suceder, que podía ser un disco, que no estaba tan lejos de hacerlo. Después me tomó dos años grabarlo y que quede en realidad como yo quería, que ahora que lo pienso fue un proyecto tan increíble que es cómo: “¿cómo no lo hice antes?”. Ahora lo quiero hacer un montón de veces más.

¿Esa insatisfacción que mencionas es la que te llevó a hacer el disco prácticamente sola?

LP: A mí me gusta, antes de hacer cosas, ponerle títulos. “Voy a hacer un disco en el que voy a grabar todo y voy a hacer todo sola”, como algo heroico. Y lo cierto es que empecé haciéndolo completamente sola en el estudio: la parte técnica, tocar… y no me fluía en absoluto. Prince lo hizo, yo me sentía sola en mi estudio de Boedo, empecé a sentir que no la estaba pasando bien. Ahí empecé a llamar a Tomás Campeone, que es asistente en el estudio y me empezó a funcionar mucho, porque yo podía hacer todo lo que quería: tocar, buscar un audio, pero siempre con un par ahí que me timoneaba un poco el barco. Pero sí, fue una decisión querer grabar lo máximo que pudiera, porque también es lo que sé hacer. Porque si no es traducírselo a otra persona. Lo intenté en su momento, y fue como “no, esto ya lo hago en otros proyectos”. Acá quiero poner todo lo que sé hacer, lo que soy.

PH: Carla Perrone (@foresparaelrio)

Prolijo pero power

“En su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba”, escribe Marechal, entre versos dedicados a María Zoraida Barreiro, su esposa. Lucy va a contrapelo: sus laberintos son cubiertos, sólo queda encarar y buscar, girar a un lado y al otro, y tachar, romper y pegar. No bastaba con que las canciones queden bien, Lucy necesitaba que la incomoden. Hay un track que se llama La Osa en la Laguna, que casi lo dejo afuera: es una melodía que es linda, pero no me pasaba nada, era un track lindo de folk. Hasta que en un momento agarré unas voces de unos demos que tenía y las puse, y en un momento dije ‘esto necesita una batería’: puse un solo micrófono en el estudio y todo eso que se escucha es una toma, una freakeada. Y dije ahí está, ahora me incomoda, ahora me gusta», señala Patané.. En esa tarea de descifrar enigmas para llegar a la meta Lucy admite que necesitó “otros colores”. Ahí aparecieron los aportes de Juan Ignacio Serrano (a.k.a. Juanito el Cantor) en el estudio y en ese arcoíris también se puede escuchar a Melina Xilas, Mene Savasta y Carola Zelazchi (que conforman su banda); y a Pedro Bulgakov, Rosario Baeza, Juan López Peña y Sofía Naara Malagrino. El responsable de ecualizarla paleta de colores –y de Lucys– en la mezcla fue Brian Iele, que tuvo que interpretar el laberinto Patané para alinear “dos mundos muy diferentes”. El veredicto: “Suena como me parece que tiene que sonar: prolijo pero power”.

El disco viene después de muchos años, pero vos también tenías grabaciones previas: composiciones para películas, el disco con Marina Fages, que fueron proyectos más personales. ¿En qué se diferencian de estas canciones que grabaste para el disco?

LP: En este no tuve que componer con nadie, no tuve que pensar “esta composición sirve para”. Fue como… tengo la cancha libre para poner todas estas ideas que fueron armando maquetas y maquetas en la compu, y es puramente Lucy dialogando con Lucy. Yo creo que en eso se diferencia. No es que las otras composiciones están condicionadas. El disco con Marina fueron composiciones que fueron hechas en el momento mientras armábamos el disco, mucho se compuso desde la atmósfera que armábamos entre las dos. Acá, libertad total, el estudio disponible con todos los instrumentos disponibles, los arreglos que a mí se me daba la gana hacer. Solamente me tenía que buscar a mí, esa es la diferencia. No fue igual tan fácil el proceso, o sea, yo estoy re copada con el disco, lo amo, pero sufrí también, un montón, me pareció que no iba a terminar más, que no iba a encontrar estos detalles que a mí me hacían cerrar los temas, al principio sufrí un montón estando sola en el estudio, con frío (risas). Fue un proceso difícil, pero muy libre.

PH: Carla Perrone (@foresparaelrio)

Las canciones del disco, ¿qué cuentan, de dónde surgen?

LP: Para mí las canciones nacen en el momento en el que sucede la situación de lo que va a hablar la canción luego, es un mensaje medio oculto que queda encriptado en esa situación, que uno recuerda. Después uno compone, y con la producción traduce de alguna manera todo eso. Yo lo vivo así el proceso creativo. Hay algo que para mí fue muy clave, y es que a mi papá le gusta mucho el cine y me hacía ver muchas pelis. “Bueno hoy vamos a investigar a este director”: tres semanas de ver esas pelis. “Hoy vamos a ver cine ruso…”. Las películas son muy importantes a la hora de entender que las imágenes de situaciones me pueden generar melodías. Las mayorías de las canciones parten un poco de eso. Y muchas otras del humor. En Toneles, aunque no lo crean, que es una canción que parece muy dramática, fue un chiste que yo le hice a una persona que estaba llorando todo el tiempo, no paraba de llorar. El humor como manera de manifestarse en la música para mí es fundamental. La verdad que no sabía que podía hacer canciones. Siempre me parecía que podía hacer canciones de chiste, graciosas o instrumentales, que ese era mi palo. Y también, bueno, me empezaron a pasar cosas en la vida, relaciones, muchas son letras de amor, de amantes, de desamor, de corazón roto. Son canciones un poco también privilegiadas: reconocer eso también me fue difícil, entender que hay personas que también manifiestan desde el arte problemáticas que las atraviesan que son muy pesadas.

¿Cómo convivieron la Lucy música, la productora, la técnica?

LP: Creo que la Lucy música y la productora se fueron poniendo límites a cada situación. Fue fácil por muchos momentos porque por supuesto es el mismo lenguaje que manejo, soy la misma persona. Y por momentos también fue bastante difícil porque una vez que yo doy todo en una toma, después de alguna manera es poner la oreja para entender si técnicamente ese audio está bien, si es el audio que quiero, si se arma la atmósfera – ahí Lucy productora-. Y la Lucy música, muy relajada, “déjalo así, está todo bien”. Como que se fueron empujando a los límites. No fue fácil porque fueron muchas cosas a atender: ejecutar una buena toma, que quede un buen audio, que quede espontáneo, busqué mucho eso. Hay cosas de primera toma, no quería pinchar, editar. La intro de Aterrizaje que es con la de 12 cuerdas, eso es una toma entera, por ejemplo. Necesitó 80 tomas para que quede esa, que a mí me parece increíble, la escucho y no puedo creer que hice una toma así. Entonces ahí están todos los roles: la Lucy música que da todo para ejecutar un instrumento y romper, y Lucy productora del otro lado que dice “ya diste 50 tomas, hoy no va a salir, ya está”. Fue difícil la convivencia entre las Lucys pero todas sabían los límites y todas sabían dónde empujar a la otra. Un buen equipo (risas).

PH: Carla Perrone (@foresparaelrio)

Una, dos, cien Lucy Patanés

Distintas facetas se esconden detrás de su versión más conocida: la guitarrista de rock, virtuosa, velocista, rockera. “Yo digo que hago rock cuando el señor del Uber me pregunta qué hago, como para simplificar, digamos”. Su componente de rock –ese significante vacío que fue llenado hasta por la Iglesia evangélica- lo define más desde una manera de expresar el arte que uno lleva adentro, que desde una suma de guitarras y distorsiones. “Por debajo de lo que hoy se supone que es rock, ahí hay rock realmente, hay un montón de monstruos que estamos rockeando hace tiempo”. Aunque podríamos definirla, sin arriesgar demasiado, como la mejor guitarrista de la escena nacional, su temprano ingreso a la música estuvo marcado más por el bajo y la batería. “Nunca le di mucha bola a la guitarra”, admite. Su primer banda fue Sangre Azul, su banda del colegio que mantuvo desde los 9 hasta los 13 años. Lucy era bajista. Antes, a los… ¡5 años! ya había comenzado a aprender batería, su instrumento favorito. “La batería es un instrumento que por lo menos en mi cabeza funciona primero”: de ahí parten muchas de sus canciones. Lucy describe su proceso de producción con precisión táctica: “las guitarras son, que guía, y el bajo y las batas son como los soldados que empujan, pero van adelante. Las guitarras la parte inteligente son las que conducen ahí un poco para dónde ir. Y la voz está solamente sintiendo y expresando”.

Aunque su disco circule por la plataforma, reconoce a Spotify como “el mayor enemigo de todos”. El consumo líquido que propone genera para ella un hábito perjudicial. “Me parece que desarma y desarticula, genera un desmembramiento en los discos que para mí es terrorífico. Muerte a Spotify», dice y nos sumamos al coro.

PH: Carla Perrone (@foresparaelrio)

Son meses de una producción muy rica de discos: salieron discos nuevos de Paula Maffía, Marina Fages, Rosario Bléfari, Marilina Bertoldi, entre otros, y en los que se debate por el proyecto de Ley de Cupo, para enmarcarlo en una escena independiente liderada por mujeres. ¿Cómo ves el momento actual de la escena en este momento?

LP: Bueno, todas las pibas que acabas de nombrar venimos hace tiempo. Está bien que este es mi primer disco, pero venimos hace 15 años más o menos en esta escena. Ahora tiene un poco más de visibilidad, pero porque también eso lo estamos haciendo nosotras, ninguna se baja del barco, todas seguimos sacando discos, tocando y por supuesto que ahora el foco se abrió más, y me parece que está sucediendo un poco que las mujeres tenemos un montón de cosas para decir, artísticamente también, desde ese lugar. Creo que se le está dando un montón de espacio, es una voz muy fuerte. La ley de cupo por supuesto es un parche, no debería ni de existir, es ridículo. ¿Nos interesa ocupar el espacio que se podría generar con ese 30% en el Cosquín? ¿O armamos nuevos espacios? A mí me excita más y me parece mucho más romántica la idea de empezar a crear nuevos espacios, y hay mucha gente que también consume ese arte que se podría armar esta nueva movida que de hecho ya se está armando. Por supuesto no tienen la masividad de estos mega monstruos, que siempre fueron así. Pero sí me parece muy importante generar una nueva vía. Yo siempre digo que mis referentes son mis colegas, en realidad, y la mayoría son mujeres. Paula es mi compañera de proyectos hace más de 14 años. Las She Devils son mis referentes número uno, las vi cuando tenía 14 años y casi me muero. Marina también es mi colega con quien hicimos El Tronador, el disco juntas, hicimos [la disquería] Mercurio, giramos por Europa dos veces. Me parece una escena recontra power la que se está armando, y sí, está liderada por mujeres, para mí.

Contanos un poco de La Banda de Lucy Patané

LP: Empecé a darme cuenta que tenía que salir a tocar, empezar un poco a fogonear los temas que se estaban armando ahí en mi estudio, con personas. Primero había pensado en un par de músicos con los que yo suelo siempre tocar, por una cuestión de entendimiento rápido a la hora de tocar, pero de repente vi a Carola Zelaschi que estaba grabando su disco en el estudio de Pedro Bulgakov y me llamó mucho la atención, y la empecé a investigar. No la escuché tocar la batería en verdad, escuché esas magias que tenía colgadas en YouTube. Yo dije: “esta piba quiero que toque algo conmigo”. Sabía que tocaba la batería. Con Melina Xilas ya me había juntado, salí un par de veces en dúo a tocar con ella en saxo. Es una persona que conozco hace 10 años, tenía ganas de hacer algo diferente, se había comprado justo un pedal para procesar el saxo. La figura del bajista me parecía la más difícil. Todo esto que te estoy diciendo siempre lo hablo con Mene, que es como mi gurú, y le dije: “boluda, los bajos que hacés en tus temas están buenísimos, ¿no querés ser mi bajista?”. Y para Mene fue un desafío gigante, nunca ofició como instrumentista, nos encanta decir que es el bajista, porque toca las líneas del bajo, aunque en verdad está tocando el sinte. Y lo más hermoso de todo que, para mí ahí cierra todo, es que ninguna de las tres se conocía entre sí, y se aman. Ahora Mene va a abrir una presentación del disco de Carola, Meli grabó en el disco de Carola, se hicieron muy amigas, y hay un espíritu que es inquebrantable entre ellas y conmigo, entonces, no tengo dudas que esa banda es La banda de Lucy Patané. Son las tres rockeras de la vida, y son unas músicas del re carajo, y están muy dispuestas también a interpretar toda esta cosa tan personal que yo hice en el estudio, y aportan también su color.

PH: Carla Perrone (@foresparaelrio)

¿Qué sigue para Lucy Patané? Girar con el disco por todos los lugares posibles. ¿Ya piensa en un segundo disco? “Supongo que en algún momento empezaré a sentar a ver qué hago… mentira, porque nunca planifico, es más como una necesidad de hacer, de incomodidad”. Habitar la incomodidad como única fuga posible, podría ser casi una máxima, una escapatoria a los espirales del aburrimiento, tanto en el arte como en la vida cotidiana. Podemos apostar que el equipo de Lucys, arquitectas de laberintos, seguirán levantando paredes y recorriendo caminos en busca de esa incomodidad fundante.

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El Club Audiovisual: «La banda sabe manejar sus ambiciones»

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El conjunto pop presenta “Madrugada”, canción que formará parte de su próximo disco de estudio.

‘Madrugada’ habla del vacío que se puede encontrar en este mundo de relaciones instantáneas en el que estamos viviendo, y de lo fácil que es perderse en el placer y alejarse de la felicidad. Buscar un atisbo de pasión en los lugares equivocados”, explica Franco Moreno (tecladista).

¿En qué sienten que han evolucionado como banda desde la salida de “Ya no estamos tan solos” (2020)?

“Ya no estamos tan solos” es producto de plasmar nuestras influencias en un disco que trabajamos incansablemente antes de la pandemia. Creo que todos los integrantes coincidimos en que este disco va a mostrar un sonido más puro y personal de la banda, más enérgico y original.

¿Cuál dirían que es el fuerte de la banda?

El Club Audiovisual toca desde 2016 y hasta el día de hoy sigue en pie. No solo eso, sino que está más fuerte que nunca. La banda pasó por los escenarios más pequeños y todos los logros se fueron consiguiendo con muchísimo esfuerzo y trabajo. Creo que un gran fuerte de la banda es que sabe manejar sus ambiciones: sabe con quién trabajar, sabe cómo mejorar poco a poco y trabaja para acercarse a sus objetivos.

¿Qué planes se vienen en la agenda de El Club Audiovisual?

Tenemos un año ocupadísimo con lanzamientos. Estamos con ganas de tocar en el Interior del país, poder brindar muchos shows, y todo esto mientras terminamos de escribir nuestro próximo álbum. Digamos que es un año muy largo de sembrar para cosechar el año próximo cuando salga el disco que viene.

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Pepamajalu: «Todavía tenemos mucho que contar y gritar al viento»

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La agrupación quilmeña regresa a Capital Federal para celebrar sus 20 años de trayectoria con la promesa de un show deslumbrante, donde además adelantará temas de su próximo disco. 

Pepamajalu es una banda de rock nacional formada durante el 2002 en la ciudad de Quilmes. Sus influencias provienen de bandas del rock nacional de los años ’90s; asimismo sus presentaciones se ven atravesadas por otras vertientes del arte. 

Desde los comienzos mantiene la firme idea de explotar una propuesta distinta y una relación interactiva con el público en cada show. Una puesta en escena curiosa, que incluye la teatralidad, la comicidad y la realización de acciones que generan la espera de una nueva sorpresa para cada presentación. 

Su música está enmarcada en el rock, a la vez que va paseando por distintas variantes como el reggae, funky, rock y blues. Actualmente el proyecto está integrado por: Javier Plazaola en la voz; German Bobadilla en guitarra; Coccaro Javier en bajo; Mauricio San Martin en batería; Matias Arriola en saxo; y Coccaro Alejandro en teclado.  

¿Qué es Pepamajalu y en qué momento se encuentra? 

Pepamajalu nace hace 20 años de un grupo jóvenes amigos con la necesidad de narrar las penurias, aventuras y desventuras de unos locos purretes conurbaneros después de una crisis como la del 2000. Hoy ya no tan purretes, y luciendo unas cuantas canas, nos damos cuenta que todavía tenemos mucho que contar y que gritar al viento. 

 ¿En qué aspectos sienten que maduraron más durante los últimos 3 años? 

Es todo tan reciente que cuesta ser consciente como para reflexionar en qué fuimos madurando. Durante estos últimos y raros 3 años, todos tuvimos que transitar por muchas y mezcladas situaciones y una muy dolorosa perdida. Desde el comienzo de la cuarentena nos pusimos como meta estar como sea para ayudar a bancar la parada y empezamos a incursionar en distintas formas de comunicarnos y acercarnos, tratando de aggiornarnos a lo nuevo. 

Hablando de nuevo, están trabajando en un próximo material ¿Cuál será la búsqueda lírica y sonora? 

Por suerte, después de muchas idas y vueltas, empezamos trabajar en el nuevo material. Algunas de las canciones las vamos a estar presentando en el Roxy el 9 de julio en el marco de los 20 años de la banda.  

La cuarentena y las cosas que pasaron en estos 3 años, nos llevaron a la introspección para volver a reconstruirnos y de esas juntadas salieron estas canciones que tienen un poco de todo como siempre; un mix entre historias y críticas.  

¿De qué manera lo presentarán a sus seguidores?  

La idea es “ir lanzando sencillos” que iremos subiendo a las plataformas y redes sociales. Este formato incluiría el soporte visual de cada canción y, una vez terminado, el paso a seguir seria llevar todo a un formato físico. Más que nada por una cuestión de costumbre, en especial porque “estos vejetes nostálgicos” todavía disfrutamos y gustamos del olorcito de un disco. 

¿Cómo se trasladan las canciones al vivo? 

Después de las juntadas que nos volvieron a encontrar como esos pibes de hace 20 años, con estas nuevas canciones y sonidos, comenzamos a trabajar en estas series de shows conmemorando los 20 años de banda. Mostrando, de esta manera, el inicio y el presente, donde el sonido del pasado y el presente se conectan. 

 ¿Qué nos pueden adelantar de la presentación en The Roxy el 9 de julio? 

Ya solo con la idea de llegar a hacer un Roxy por nuestra cuenta, estamos muy emocionados, ansiosos y excitados. Para una banda de tantos años, completamente independiente es “un gustito” que se nos está dando; y si a eso le sumamos que cae nada más y nada menos que el 9 de Julio, la noche va a ser una fiesta; con músicos invitados y muchas sorpresas, compartiendo la velada con nuestros amigos de Digno Nieto. Va a ser una digna fiesta pepera.  

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La Granjita: «El entusiasmo y la creatividad vienen en oleadas y hay que aprovecharlos»

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El dúo picante y veraniego lanza el segundo sencillo adelanto de su EP conceptual «Costa Atlántica», que será editado hacia mediados de este año bajo el sello Batiendo Records.  

A fines de 2016, dos viejos amigos del circuito del rock, Lucio De Caro (Nikita Nipone) y Maximiliano Iglesias (Mimi Maura), se reencontraron para formar La Granjita. Autoproclamados como los “Daft Punk del subdesarrollo”, se plantearon el simple objetivo de encender las pistas de baile, apoyándose en una producción audiovisual divertida, espontánea y enérgica. 

En el 2017 debutaron con su primer álbum titulado Tándem y enseguida comenzaron a realizar las presentaciones en vivo. Ahora regresan con el lanzamiento de “Vacaciones” y el actual “Control Policial”, los dos primeros singles del EP Costa Atlántica que será publicado durante el 2022. 

¿En qué momento se encuentra La Granjita? 

Lucio de Caro – Estamos activos, terminando de producir los temas de nuestro inminente EP ‘Costa Atlántica’ y con suficiente material ya compuesto y en pre-producción para un próximo disco.  

Atravesamos un momento prolífico, afianzando la identidad sonora y visual, nuestro trademark y la manera de hacer las cosas. Sabemos que tanto el entusiasmo como la creatividad vienen en oleadas y hay que aprovecharlos. Estamos muy satisfechos con los resultados conseguidos en cuanto a la producción, a los videos que hicimos y a lo que artísticamente estamos logrando. Trabajamos muchísimo para estas grabaciones. 

¿Qué representa la costa atlántica para ustedes y cuál fue la musa inspiradora de estas canciones que integran el EP? 

Lucio – Allá por el 2019, movilizados por la idea de editar un disco veraniego, enérgico y divertido, nos encomendamos a componer, producir y grabar seis canciones para un EP conceptual al que luego titularíamos ‘Costa Atlántica’. Nos interesaba la idea de retratar de la manera más honesta y pintoresca posible aquellas vivencias y experiencias de esos miles de argentinos que, verano tras verano, emprenden su prodigiosa travesía hacia las famosas playas argentinas. Los aromas, sus paisajes, sus atracciones, el costado retro, la vida de playa, la vida nocturna y las vacaciones.  

Fue una búsqueda consciente y planificada la de hacer un disco temático. Está bueno a veces tener ciertas pautas y auto-privarse de la libertad absoluta para componer canciones en cualquier dirección. Te da un marco que no necesariamente “limita”, sino “delimita”. Es como el “dibuja cualquier cosa” vs. el “dibuja un hombre bajo la lluvia”. Hay un faro, un eje.  

Teníamos que componer y escribir de determinada manera, respetando cierta forma estética auto-impuesta y adoptar guiños que no podían salirse de libreto. Lo vimos en ese momento como un sano ejercicio, un desafío como compositores en el aprendimos mucho.  

Los temas se llaman, en orden cronológico: “Vacaciones”, “Control Policial”, “Chasco Mousse”, “Mardel”, “Clericot” y “El Regreso”. Es una suerte de “diario de viaje”, una historia muy divertida y congruente. El EP va a salir entero para octubre de este año.  

¿Cuándo consideraron que era propicio trasladarlas al estudio para materializarlas? 

Empezamos escuchando horas y horas de música, encontrando referencias y prestando especial atención a los detalles de producción; a los arreglos presentes, a la elección de sonidos y de instrumentación: ítalo-disco, funk, house, electrónica, dance, Motown, mucha música negra, inicialmente, y algo del synth-wave que ya veníamos escuchando e incorporando desde nuestra anterior producción, tal vez en su versión menos oscura.  

Tenía que ser un disco veraniego, pero queríamos plasmar además en las letras todo ese imaginario estético despampanante de los 80’s; de nuestros veranos atlánticos. Algo así como un “Bruno Mars meets Emilio Disi”.  

Una vez que incorporamos toda esta data y este lenguaje, recién ahí nos sentamos a componer; pensando también en qué tipo de temas se acoplaban a cada momento que queríamos que transite esta travesía inter balnearia musical. Realmente las canciones nos brotaron y las comenzamos a grabar. Está bueno el proceso porque no hacemos demos, directamente nos lanzamos a trabajar sobre las versiones que, con el tiempo, se terminan convirtiendo en definitivas.  

¿Cómo se dio la colaboración de Dana Colley? 

Yo había quedado en contacto con él, a través de un amigo que organizó el show de ‘Vapors of Morphine’ en el ND Ateneo. Ahí lo conocí e intercambiamos números. Muy buena onda el flaco. Tiempo después estábamos produciendo el tema “Control Policial” en mi estudio (Batiendo Records) y teníamos maquetado un arreglo armónico con toda una sección de brasses. En ese momento estaba armado con unos sonidos bastante polémicos, hechos con MIDI y el Kontakt, y sabíamos que íbamos a tener que grabar una sección de brasses reales porque los del plug-in sonaban muy plásticos y aburridos. Dirimiendo sobre quién podría hacerlo, se me ocurrió escribirle a Dana. Fue durante la pandemia, recuerdo. Contestó rápidamente, manifestando que le había encantado la canción y un genuino entusiasmo con la idea de concretarlo. Le enviamos las pistas y el arreglo para que lo grabara por su cuenta. No solo lo devolvió entero, mejorando las voces de la armonía y grabando todas de manera PERFECTA (un saxo barítono, un tenor, un alto y hasta una trompeta), sino que ensayó una épica improvisación sobre la coda final de la canción que quedó estupenda y realmente benefició a la canción. Si, bendita Internet. Para mí es el mejor saxofonista que existe. Es un extraterrestre, y además tiene una manera muy particular y distintiva de tocar. 

También participa Mela Lenoir en coros y fue masterizada por Matías Parisi.  

¿Qué mejoras técnicas buscaron ejecutar para superar Tándem? 

‘Tándem’ fue nuestro primer disco y, dentro de todo, su grabación fue un proceso relativamente corto; comparado con otras producciones que realicé a lo largo de mi vida con Nikita Nipone, o inclusive esta última de “Costa Atlántica”.  

En 2016 nos juntamos por primera vez y ya para fines del 2017 teníamos todos los temas grabados, mezclados y terminados. Fue un proceso muy distinto a este último disco porque nada fue premeditado, ni previamente consensuado; simplemente nos lanzamos a componer canciones para un proyecto que recién estaba comenzando y al que había que agregarle contenido desde la nada misma.  

Creo que ese álbum tiene momentos realmente muy buenos y fue una suerte de “exploración de campo” para ver qué cosas funcionaban mejor, cuáles nos salían naturalmente y qué ideas iban más a contracorriente.  

En ‘Costa Atlántica’ aprendimos a simplificar, producir y a interpretar mejor. Ya con más experiencia y tiempo a espaldas, se va gestando una sinergia propia y un lenguaje. Se hace mucho más fácil el proceso de plasmarlo en una grabación de manera que funcione también para traducirlo al vivo.  

¿De qué manera acompaña la intención del videoclip «Control Policial»? 

El video fue realizado y editado por un viejo y gran amigo: Alejandro Grimoldi, que se da mucha maña para resolver este tipo de asuntos de extrema audacia. Teníamos la idea inicial con Maxi de plasmar en imágenes esa experiencia del “control policial rutero”: los artilugios y vericuetos criollos para zafar; los quilombos del tráfico en la ruta; la negligencia en la conducción y el desparpajo de algunos policías. Todas esas situaciones vividas cuando estamos en camino. Como la idea era realizar un video de archivo y, había que recopilar mucho material, nos pareció lógico incluir escenas donde estuviésemos haciendo playback. Incluirnos como los reos, con ese fondo blanco y las marcas de medición de altura que se usan para identificar a los sospechosos que vemos en las películas policiales.  

Filmamos esas escenas y se las enviamos a Alejandro Grimoldi para compilar todo de una manera muy fluida, rítmica y simpática. El resultado terminó siendo un video muy entretenido a la vista que, en mi opinión, enaltece a la canción.  

¿Cuáles son los objetivos para este año?  

Editar ‘Costa Atlántica’ es el objetivo primordial. Tenemos estos temas en el tintero desde hace bastante tiempo y la pandemia interrumpió un ritmo muy prolífico de laburo que veníamos manteniendo. Luego vendrán fechas, una presentación ‘oficial’ e intentaremos acompañar el disco con una gira veraniega. Por el momento, estamos muy enfocados en el trabajo de estudio, que nos encanta. Queremos cerrar esta etapa de dos complejos años de la mejor manera posible y dentro de nuestros exigentes parámetros musicales.

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