Lennon: La partida del eterno soñador

Un 8 de diciembre de 1980 se anunciaba una de las noticias más tristes relacionadas al mundo de la música. Debería haber sido un día alegre, ya que el fin de año se acercaba y resurgían los preparativos navideños, sin embargo, el mundo entero lloró su pérdida. No existe despedida que no sea dolorosa y ésta no fue la excepción. Pero afortunadamente, hay ciertas ausencias que no se perciben porque nos queda todo aquello que hicieron las personas en vida para perdurar en el tiempo. Conservamos de John Lennon su arte inigualable, sus mensajes esperanzadores de paz, sus ilusiones platónicas y las melodías más bellas. No quisimos ignorar esta fecha y decidimos recordarlo así: soñador eterno.

Imagina a todo el mundo viviendo la vida en paz…” reza una de las canciones más populares del emblemático Lennon. Sólo una canción, sólo una frase que nos incita a reflexionar y creer que sería todo tan sencillo. Y aun así, los días nos siguen atropellando, la vida pasa rápido y las prioridades siguen encabezadas por el dinero tanto acá como en Liverpool como en la China. 

Un mundo sin armas, sin desigualdades abismales entre clases sociales; un mundo libre de odios y prejuicios por las diferencias culturales y raciales continúa siendo una utopía demasiado lejana. A veces las ironías de la vida nos cachetean tan duro que resulta difícil seguir sorprendiéndonos. Y hoy, me encuentro una vez más, escribiendo sobre una absurda e injusta ironía que le costó la vida al fundador de Los Beatles.

Hablamos del músico, escritor y cantor que comenzó a desplegar sus primeras zapadas en pleno estallido del hipismo y cuando una revolución interna sacudía la mente de los más jóvenes de los ’60. Aquel inglés que pregonó hasta sus últimos días eliminar todas las barreras existentes entre los hombres y pedía desde lo más profundo de su corazón sólo una cosa: darle una oportunidad a la paz.

Hacemos alusión de ese artista que supo ganarse el amor de millones en cada rincón del planeta y el odio de los más poderosos que en reiteradas ocasiones intentaron censurarlo. Recordamos al tipo utópico que no soñaba con las más lujosas mansiones ni la fama perpetua, sólo anhelaba ver a los seres humanos unidos y que el mundo fuera sólo uno. Sí, claro, en el aniversario de su muerte conmemoramos al gran John Lennon.

https://www.youtube.com/watch?v=B288XluNfv4

Crónica de una muerte inesperada

La desaparición física de John Lennon tiene causa con nombre y apellido: Mark David Chapman. El lunes 8 de diciembre de 1980 alrededor de las 22.50, el cuarto Beatle y su pareja, Yoko Ono, volvían al Dakota, departamento donde vivían en Nueva York tras una larga sesión de fotografías para la revista Rolling Stone y varias horas en el estudio Record Plant.

Era costumbre que al regresar a su hogar, la pareja de artistas encontrara un aglomerado de fanáticos aguardando su vuelta para poder saludarlo y conseguir un par de fotos y autógrafos. Esa noche, al bajar de la limusina, John no quiso decepcionar a sus seguidores así que accedió a acercarse al grupo que esperaba allí muy ansioso para realizar el procedimiento habitual. No obstante, algo falló. O no. Simplemente sucedió que el carisma y la gentileza con la que intentaba tratar a su público le jugaron esa vez una mala pasada.

Entre los presentes se hallaba Chapman. Paradójicamente sus intenciones coincidían con las de resto: conseguir la firma de Lennon en la copia de su álbum: Double Fantasy. He aquí otra vez la ironía. Porque a Mark no le alcanzó con un autógrafo. Sin la posibilidad de que el músico pudiera percatarse, Chapman desenvainó un revólver 38 Special de Charter Arms y disparó sin piedad ni remordimientos hacia la espalda del artista. Cinco balas de punta hueca salieron disparadas de aquella arma de las cuales cuatro fueron a parar a su objetivo.

El activista político, defensor de la paz, fue llevado de urgencia al instituto más cercano, el Hospital Roosevelt. Los médicos intentaron todo cuanto estuvo a su alcance, pero cada esfuerzo fue en vano. El daño causado por las balas sobre los vasos sanguíneos alrededor del corazón era demasiado grande. Lennon fue declarado muerto a las 23.15 debido a una hipovolemia causada por la pérdida de más del 80% del volumen sanguíneo.

La triste noticia no tardó en viralizarse en los medios. Insólitamente, los comunicadores no encontraban las palabras para transmitirla: John Lennon se había ido para siempre.

Al día siguiente, su fiel compañera, Yoko Ono emitió una declaración: «No hay ningún funeral para John. John amó y rezó por la raza humana. Por favor, hagan lo mismo por él. Con cariño, Yoko y Sean»

El cuerpo del mítico músico fue incinerado en el Cementerio Ferncliff en Hartsdale, Nueva York. Ono se encargó de esparcir sus cenizas en el Central Park de esta misma ciudad, donde más tarde se creó el monumento conmemorativo Strawberry Fields.

El cruel verdugo se declaró culpable por asesinato en segundo grado y fue condenado a cadena perpetua en prisión. Actualmente, Mark Chapman permanece en la cárcel, después de haberle sido negada en numerosas ocasiones la libertad condicional.

Esta nota cumple la función de efeméride pero también de pequeño homenaje a un músico que, aunque ya no esté entre nosotros, me sigue emocionando. Gracias Corriendo La Voz por darme siempre el espacio para publicar algunas palabras. Como solemos hacer desde este medio, quisiera finalizar con un tema. La siguiente balada es conocida por demás. Sólo que en esta ocasión me dejé llevar por mi atrevida subjetividad porque quien escribe, la considera una de las canciones más bellas del mundo.