#LaRenga Un consuelo para mi locura

Desde su nacimiento en la década de los ’50 pasando por las diversas manifestaciones que adoptó en la actualidad, el rock and roll es considerado un fenómeno social por trascender lo meramente musical. Si bien, toda expresión artística suele tener relación con la cultura en la que se origina, el rock guarda un fuerte vínculo con la realidad de sus tiempos. Con la rebeldía como estandarte y su reacción antisistema, conmovió sin esfuerzos al público más joven convirtiéndose en un espacio de lucha y resistencia. El rock and roll no sólo despierta pasiones por los músicos que le dan vida, sino porque es emblema, una forma particular de ver el mundo, un refugio que calma la sofocación del día a día pero también, y sobre todo para nosotros que escribimos, es un medio para la transformación y la comunicación.

Tal vez fueron las circunstancias. Seguramente el gran impulso lo patrocinó el contexto social, político y económico que enfrentaba la Argentina en los años ’90. Algo de intromisión tuvo el retorno a la democracia y, definitivamente, la falta de representatividad desencadenó que los más jóvenes fueran los receptores por excelencia. De todas formas, poco importa cuál fue la verdadera causa de su éxito y masividad. Lo significativo es el tiro certero de los integrantes de La Renga al lanzar Despedazado por mil partes (1996), el disco clave que los empujó a ser hoy una de las bandas más queridas y convocantes del rock nacional.  

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¡A la carga mi rock and roll!

Constancia, convicción y compañerismo son los rasgos que siempre caracterizaron a los integrantes de La Renga. Fue en el barrio porteño de Mataderos donde “El León” comenzó a rugir las primeras melodías que luego agasajarían a cientos en la celebración de cada banquete. Corría el año 1988 cuando Gustavo “Chizzo” Nápoli junto a Raúl Locura Dillelio y los hermanos Jorge “Tanque” y Gabriel “Tete” Iglesias incursionaron en el campo de la música mediante la interpretación de covers de sus bandas preferidas: Manal, Creedence y Vox Dei.

¿Qué más puede decirse de La Renga que no se haya dicho antes? A dos pasos de cumplir los 30 años de carrera, Chizzo y sus compañeros se consagraron de todas las maneras posibles. Desde los inicios a la actualidad, sucedieron kilómetros y kilómetros de anécdotas, giras nacionales e internacionales, distintos escenarios, nuevas canciones, éxito y popularidad, un crecimiento sin techo entre sus seguidores, el cariño y la admiración del público, virtuosismo y dedicación en ascenso, y la satisfacción de saber que siguen siendo los mismos de siempre. Sin embargo, en esta oportunidad queremos reivindicar la importancia de Despedazado por mil partes, una pieza clave en la discografía de la banda, no sólo por el conjunto de canciones que la componen sino por la presencia manifiesta que tiene el disco por estos días y en cada show tras cumplir veinte años.

Vas a apuntar tu cañón a nuestras mentes
y a la canción de la vida aniquilar.
Vas a estar perdiendo el tiempo
porque atrás nuestro viene un viento
que derriba todo lo que toca,
porque mi canto ya tiene otras bocas
y ya nadie lo puede callar.
(A la carga mi rock and roll – La Renga).

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Desnudo para siempre

En octubre de 1996 La Renga lanzó Despedazado por mil partes, su tercer álbum de estudio. Si bien el disco no pretendía ser una obra conceptual, ocurrió que las once canciones que lo componen guardaban una intensa relación entre sí y apuntaban a un mismo mensaje. Sin abandonar las bases rockeras, el disco se desliza por diferentes mixturas que regalan pasajes de blues, jazz, reggae y ranchera. Las guitarras, siempre protagonistas, no titubean en su agresividad eficaz; las baterías osadas e iracundas; los bajos acentuados; la voz potente y expresiva tan particular e inconfundible de Chizzo junto a los coros; y por último, los vientos alegres y fiesteros, marca registrada de la banda.  

El rompecabezas lo termina de completar la prosa contundente y sin pelos en la lengua característica del frontman. Un cóctel de realidad y poesía difícil de ignorar. La composición lírica de la Renga carga consigo la misma fórmula que no falla jamás: conciencia, crítica social, rebeldía y sentimiento abrazados por poderosos riffs. La combinación de lo instrumental con el contenido del discurso enamoró desde un principio a los más jóvenes que no se sentían representados por el sistema. La banda preservó la esencia de aquellos acordes en Esquivando Charcos (1991) y, con el tiempo, logró acoplar la armonía de lo musical con las letras elocuentes y aplastantes del cantante.

Déjame ver qué hay para saborear esta vuelta:
la verdad, la mentira y la mueca de tu ingenuidad.
Cuántas palabras que se disputan el poder y la gloria
y cuántas vidas que se pierden en el frío de un reino mortal.
(El final es en donde partí – La Renga).

 
003Despedazado por mil partes es diferente y atractivo por varias razones, pero sobre todo, por el mensaje. La dualidad del mundo se revela a lo largo de las once canciones invocando la reflexión y el despertar del ser humano. Al mismo tiempo, hace las veces de espejo del hombre con uno mismo, del hombre y sus contradicciones, del hombre y sus miserias, del hombre esclavo del sistema, del hombre orgulloso de su falsa libertad, del hombre y su naturaleza.
El disco implica un viaje hacia adentro; una invitación a desnudarnos, no de cuerpo sino de alma, frente al reflejo de nosotros mismos; es una súplica de abandonar el disfraz rutinario al que nos someten las responsabilidades y encontrarnos cara a cara con la esencia, siempre latente, en algún rincón de nuestro interior. La Renga nos desafía a enfrentar nuestros peores temores y demonios para deshacernos finalmente de ellos; nos incita a seguir buscando el camino donde nos sintamos bien, aquel donde se encuentra la verdadera libertad. Y también, las canciones procuran manosear la detestable vanidad que a veces no podemos evitar y abofetear nuestro vergonzoso sentimiento nacionalista manchado de sangre.  

Me contaron de sus vidas,
sus triunfos y sus fracasos,
de que el mundo andaba loco y hasta el cielo fue comprado
y más miedo que ellos dos, daba el propio ser humano.
(Balada del diablo y la muerte – La Renga).

 

Un disco ¡INSOPORTABLEMENTE VIVO!

La producción del tercer álbum de estudio de La Renga es mano de obra pura de la banda con la participación exclusiva de Ricardo Mollo (SUMO, Divididos). Como mencioné anteriormente, de esta obra surgieron las piezas clave de su trayectoria, es decir, las canciones más clásicas e infaltables hace veinte años en cada show que realiza la banda y las responsables del crecimiento masivo del público.

Despedazado fue presentado en el Estadio de Obras Sanitarias los días 13, 14, 20 y 21 de diciembre de 1996 y desde aquel tiempo a esta parte los banquetes finalizan con “Hablando de la libertad”, el track número once que cierra también el disco. Por su parte, el tema “Veneno” es un cover que pertenece a la banda La Negra, una versión con mayor grado de seducción que el original siendo una de las canciones más simples del disco por su base acústica pero a la vez de mayor efectividad por la receptividad que tuvo en el público.

001En cuanto al arte de tapa del álbum, la dualidad irremediable de la que habla la banda en sus canciones se manifiesta a través de la figura de un ángel coronado con sus respectivas alas y, al invertir la imagen, se puede observar una especie de demonio con el cráneo partido a la mitad y con el hueco de las fosas nasales a la vista. Los colores que predominan alrededor de este ángel maldito son los rojos y negros para acentuar el clima de un sombrío infierno. El encargado de las ilustraciones es Marcelo Zeballos mientras que el diseño gráfico pertenece al Estudio Del Federico.

Y morir queriendo ser libre,
encontrar mi lado salvaje,
ponerle alas a mi destino,
romper los dientes de este engranaje.
(Hablando de la libertad – La Renga).

Despedazado por mil partes está incluido en la lista de los 100 mejores álbumes del rock argentino según la revista Rolling Stones.

Lista de temas

  1. Desnudo para siempre (despedazado por mil partes).
  2. A la carga mi rock and roll.
  3. El final es en donde partí.
  4. Balada del diablo y la muerte.
  5. Cuándo vendrán.
  6. Pcilocybe mexicana.
  7. Paja brava.
  8. Lo frágil de la locura.
  9. Veneno
  10. El viento que todo empuja.
  11. Hablando de la libertad.

La Renga es:

Gustavo “Chizzo” Nápoli (voz y guitarra);
Gabriel Iglesias (bajo);
Jorge Iglesias (batería);
Manuel Varela (saxofón).

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Tal vez fueron las circunstancias, los vaivenes de la década de los noventa, las crisis por venir, las oscilaciones de la democracia, una juventud estigmatizada; o tal vez fue la dosis de rebeldía que se necesitaba, la osadía de los músicos en la letrística y en lo instrumental, el camino de la autogestión tan soñada, el carisma de Chizzo siempre intacto, la sucesión de banquetes cada vez más exquisitos, el sentimiento de palpar aunque sea un ratito la verdadera libertad. Poco importa cuáles fueron los motivos que llevaron a La Renga a ser una de las bandas argentinas más convocantes de los últimos años. Nos importa que la banda siga tocando, que siga creciendo y que siga manteniendo el compromiso de hacer del arte una herramienta para la transformación social y cultural antes de que la realidad nos deje despedazados por mil partes.

Hoy cualquiera puede morir
sin saber cómo fue vivir.
Yo sólo espero sin dormirme en mis sueños
estar tan lejos, lejos de esa ignorancia.
(El viento que todo empuja – La Renga).