La Vela Puerca en el Konex

Los uruguayos metieron doblete en el patio del CC Konex para repasar su discografía al aire libre. Crónica de Franco Ciancaglini y fotos de Camila Szczygiel.

Generación Vela

Son todos de 30 y pico. O casi. A lo sumo, 20 y largos. Pocos chicos chicos. Y pocos grandes grandes. Que nadie se enoje: estamos hablando en verdad de la edad de La vela puerca, que está por cumplir 25, a la par de las y los pibes argentinos que la vienen siguiendo desde allá por los 2000.

Sobre el escenario, un perfil más rockero le devuelve juventud a la banda. El Enano se calza la viola para tocar quintas a lo punk, y demuestra que su voz está mucho mejor, y muy bien. La banda ensaya su ritual de siempre, entre chistes del Cebolla, el comando de Pepe y los vientos que no parecieran salir nomás de dos seres humanos.

La lista, dicen quienes vienen siempre, sorprendió con temas que no suelen rankear en recitales argentinos. Tras arrancar con tres seguidos del último disco, siguieron en degrade histórico con mucha «Piel y hueso» e «Impulso», hasta plantarse en los hits de «A contraluz», acaso el álbum bisagra. La excepción fue un «Potosí» timoneado por Manuel Ferreiro – único momento sin el Enano en el escenario-, vivido como una verdadera fiesta de juventud, aunque sin la adolescencia del ausente «Deskarado».

Son desde entonces los mismos de siempre, y no hay río que parezca separar la identidad de esta banda charrúa con Argentina. Como el trío del Chizzo, el rock uruguayo tiene su generación fiel que la sigue y le canta tema por tema, disco por disco, hasta los solos de vientos y guitarras y más acá…

Así de cálida culminó la mini gira con parada en Cosquín, sin Baradero esta vez, con dos Konex rockeros y certeros para así manijear el gran anuncio de la visita:

-Gurises, preparénse, que en junio viajamos a la Luna.

La cita está hecha.
Y la Vela está prendida.