La Familia del CAFF: “Es un poco una guerra de guerrillas”

Durante el mes de septiembre se vivirá la tercera edición del FACAFF. El festival organizado por el Club Atlético Fernández Fierro, contará con una ambiciosa programación que expondrá la vigencia de una escena que reniega de estereotipos y crece a fuerza de autogestión. En la previa de una función de viernes en el CAFF, nos encontramos con Walter “el Tano” Coccaro, iluminador histórico de la Fierro programador del festival, y Dema, uno de los habitués de la casa al frente de su Orquesta Petitera.

La casa de la Orquesta Típica Fernández Fierro (a.k.a. la Fierro), el Centro Cultural Benigno y La Catedral serán los escenarios que alberguen a más de ochenta artistas y agrupaciones en la tercera edición de la Familia del Club Atlético Fernández Fierro, festival autogestivo que nuclea las diferentes expresiones del tango actual. Se autodefine “alejado de los estereotipos y el tango for-export” y es organizado y materializado por las mismas agrupaciones, músiques, artistas y técniques que completan la abultada grilla. La charla llevará el pulso tanguero, iluminado por el Tano y adornado por los firuletes de Dema, que invocará cada tanto a Charly, Los Redondos o Mostaza Merlo.

La carta de presentación parece ya una declaración de principios. Podríamos estar hablando del Festival del tango nuevo, o del CAFF, pero hablamos de la Familia del CAFF. ¿Por qué esa decisión?

Walter Coccaro: El CAFF está abierto hace 15 años, y hace siete u ocho años, que vienen a tocar de miércoles a domingo bandas sin parar. Entonces, al pasar tanto tiempo, yo sentía que éramos todos una familia. Ya no había que decirles “che vení a probar sonido a tal hora, hay tal micrófono”. Cada uno sabía cómo moverse acá adentro, es como la casa de la tía. Sabés que no podés hacer quilombo, pero sabés dónde está todo…

Dema: No es la casa de la abuela, es la casa de la tía…

WC: Darle la libertad esa, más allá del artista, del músico, a la persona: te abro la puerta de mi casa, hacé de cuenta que es tuya, no la rompas, si tirás un vaso límpialo. Sale de ahí, porque no somos un boliche estructurado que viene la empresa y limpia todo, nosotros hacemos todo a pulmón. Entonces cuando vienen a tocar, por ahí como me enseñaron en la escuela industrial, mantenimiento preventivo antes que correctivo.

D: Yo tengo otra, pero más de obra en construcción: “obra limpia, obra que avanza”.

¿Esa familiaridad es una característica de la escena “nueva” o siempre estuvo?

WC: Me parece que a partir de la primera edición, ahí se empezó a unir un poco más la gente, me parece que antes no se vio algo así. Si bien se unen para hacer una noche cinco bandas o un fin de semana cinco bandas. Pero así, ochenta bandas en un mes, me parece que no pasó antes. Se armó un grupo de trabajo, de compañerismo, que ni se conocían entre ellos. Hay bandas que ya en su show invitan a un cantante de otra banda, un guitarrista, se va armando algo que siempre tuvo que haber pasado. Que no pasó con el tango. Habrá pasado en su época dorada, pero ahora está como más individualista. Somos individualistas, una sociedad, una época, ¿no? Grieta, individualismo… Entonces hace falta eso, presentar una parte con la otra y que amalgamen. Lo tuvo que hacer una persona que no es músico, sino no se lograba (risas).

Ahí apareció el Tano…

D: El que le dio luz al tango.

WC: El tango tiene su luz propia.

D: Y el CAFF también.

WC: Yo se la apago.

D: El que enciende y el que apaga la luz. De la Cruz del sur, el tano. El karma de vivir al sur…

Foto: Carla Perrone

Dema y el Tano van construyendo paredes de complicidad, que parecen ser las mismas que sostienen una escena que todavía no encuentra una visibilidad acorde a su crecimiento. El FACAFF no cuenta con apoyos del Estado, más preocupado en seguir lustrando el viejo ídolo engominado y alimentando el tango-commodity. El dinero recaudado por la venta de entradas se reparte en partes iguales entre todes quienes trabajaron para hacerla posible: artistas y técniques. “Se abre una fuente de trabajo y está bueno compartir con los colegas”, afirma el Tano, que delegará bastón y banda de iluminador durante el festival. Si bien la propuesta nació en 2017, en pleno auge del macrismo nacional, insiste en su expansión autogestiva en los momentos más críticos de la ocaso cambiemista.

Hay una actitud de resistencia activa en hacer semejante festival en una época como esta, que parece no tocar fondo. Hay una voluntad de sostenerlo pese a todo.

D: Sí, porque lo hacemos entre todos. Acá es darle fuerza a la movida, nadie va a sacar un mango…

WC: Se sostiene siempre y cuando las bandas quieran participar, tengan ganas de estar, porque en realidad, una producción independiente no podría lograr un festival de tango, porque implica mucha plata, mucha gente. Imaginate que acá en el CAFF van a tocar más de cincuenta bandas. ¿Cuántos músicos son? Entre ellos uno hace la venta de discos, el otro viene a abrir la puerta, el otro va a estar ayudando, entonces lo hacemos en equipo, y es más fácil. Una producción independiente, únicamente el estado puede llegar a hacer algo así, y no lo hace, lo hace a medias. Le falta mostrar algunas cositas que todavía no mostraron. Humildemente, la vamos a explotar acá.

Ya que hablamos del otro festival de Tango, el oficial… ¿Qué diferencia hay entre las dos propuestas?

WC: Me parece que a esta altura ya se convirtió en un festival de baile, más que de música. Lo que hace el festival del gobierno es siempre lo mismo, no abre el abanico. Los mismos solistas, la misma agrupación, la misma orquesta, y me parece que hay una temática nueva en el  tango que es la actual, lo que pasa ahora en la sociedad. Por ejemplo, temas de diversidad sexual ahora están, y es una temática que viene, ¿no? Queremos mostrar eso, hay algo nuevo que está pasando, que lo están ocultando como ocultan otras cosas. El tango siempre fue… tango. Ahora no tiene su espacio. Si bien es eso clásico que nunca va a dejar de existir, lo que está pasando en el CAFF en estos diez años que vienen a tocar acá bandas de tango, es impresionante, yo no sé de dónde sale tantos músicos de tango, tantas orquestas, tantas bandas, es terrible. No tienen lugar, y vamos por ahí.

D: y el tango abre las puertas

WC: ¡El CAFF!

Foto: Carla Perrone

Dema, vos habitás la nueva escena tanguera hace casi veinte años. Junto a la Fierro vieron cómo se fue desarrollando desde momentos en que había muy pocas propuestas hasta este florecimiento del que hablan. ¿Cómo vivís toda este crecimiento?

D: ¡Veinte años no es nada! Veinte tangos y ninguna flor… Sí, hay un crecimiento absoluto. Además te podés encontrar con distintos tipo de formaciones, de estilos dentro del tango, músicos cada vez más increíbles, hay una escena escondida que es muy buena poéticamente, musicalmente. En estos 15 años la cosa fue creciendo, cuando no tenemos ningún tipo de apoyo, ni siquiera de medios, no estamos hablando ni de subsidios, sino de radio. Nosotros enfocamos en la gente joven que entra al tango también, que está bueno. Hay muchas orquestas que son más rockeras que los rockeros, pero no lo van a escuchar en ningún lado: no hay una Rock & Pop, una Vorterix que lo ponga. Entonces lo nuestro es como una guerra de guerrillas. Lo bueno de eso es que de a poquito cada vez hay más movida, contra todo lo que viene, la movida sigue creciendo pero cada vez hay menos lugares, entonces estamos ahí. A la vez somos conscientes que estamos hablando de tango, que es algo que más allá de todo, al no tener masividad, al no tener medios, estamos ahí, en el fondo, en el subsuelo de la cultura, cuando supuestamente acá el tango es patrimonio.

¿Este crecimiento se ve también en un crecimiento o una construcción de un público que empieza a seguir este tipo de movidas?

WC: sí, sí. El público acompaña.

D: Él te lo puede decir porque está todas las noches. Yo a veces pienso más que es un micro clima, que somos nosotros, ¿viste? Pero también confío en la palabra del tano cuando dice “no, hay un montón de gente”. Lo que sí te puedo decir que hay un crecimiento musical, es terrible el crecimiento que hay. Pero de a poco, es como de boca en boca. Somos conscientes de eso también, mientras no tengamos herramientas, más medios de comunicación, nosotros seguimos dando desde abajo con todo. Está Radio CAFF, por ejemplo, una radio online. Pero bueno, todo autogestionado por ideas de acá. Eso significa que hay un empuje, se sigue empujando. Pero bueno, paso a paso, tango a tango. No queda otra.

Algunos dicen que lo que aparece ahí es cierta resistencia y solidaridad que tal vez tuvo en su momento el rock y ahora aparece acá.

D: Nosotros somos de la generación del rock, entonces tenemos esa cultura, esa cosas del yugarla así, de pegar volantes, de banda de rock, esa cosa…. Vinimos de esa cultura. Está eso, no es que vamos a salir a pegar volantes, pero de alguna manera estamos con esa actitud. Tenés todas las de ganar, y ¿cuántas de perder? Esa es la actitud que hay en las orquestas también. Creo que viene mucho porque tenemos esa cultura que fue de rock.

Más generacional que genérica…

D: Que no existió mucho antes, y creo que no existe mucho ahora tampoco. Capaz que ya no existe más. Salir a pegar volantes a la calle, mirá, ni me acuerdo, no entiendo cómo se hacía. Loco, porque uno vivió esa época pero esto te tiene tan abrumado que no entendés. A mí me pasó eso con mi hija que me pregunta “¿cómo hacían para vivir sin celular?”. Y yo… ¡no sé cómo hacíamos! Pero hacíamos. Vos te quedabas en tal esquina y te juntabas en tal esquina, te juntabas. Ahora es mucho más fácil…

WC: Mucho más fácil y no se junta nadie.

¿Cómo que no? Mirá el CAFF…

D: Y bueno es lo que te digo, es una guerra de guerrillas esto. Por eso te digo, el mismo empuje que hay, te lleva.

Foto: Carla Perrone

Junto a las propuestas locales, el festival contará con agrupaciones de Mar del Plata, Rosario y Santa Fe. Además, se presentará el Quinteto del Revés, que llegarán de Chile especialmente para el FACAFF. En la programación se destacan, también, figuras de larga trayectoria como Osvaldo Peredo o Marián Farías Gómez. “Son más jóvenes que nosotros”, asegura el Tano. “Los pibes aportan la sangre y ellos tienen toda la experiencia, toda la calma. Es como que el carro lo maneja uno que sabe”.

Además de la cuestión etaria, destaca la cuestión de género. Se ve que hay variedad en la programación en ese sentido también, incluso más que en otros géneros…

D: Viste que el tango tiene esa cosa del tango machista, y si te ponés a pensar, ahí lo ves.

WC: Por ahí se ve ahora, como están hablando estos temas, viste, que está de moda, por ahí se ve ahora que hay diversidad de género en el CAFF. Pero esto viene de siempre, y este festival no tuvo ninguna de esa pauta, de cupo de mujer. Todas las mujeres que se anotaron tenían su lugar, si entraban dentro de las condiciones que pedíamos. Pero también, a veces, no hay tanto. O sea, orquesta de mujeres habrá un 10% que las de hombres. Está bien, es un 30%, pero yo nunca me fijé, ni ahora ni antes, el porcentaje. Está bueno que estén, que participen, es más, la otra persona que organiza conmigo el festival es una mujer, Natalia Martínez, de la Rantifusa. Ella programó Benigno, por ejemplo. Y creo que ella tampoco se fijó en eso, cuando nos juntamos dijimos “no, no hay que mirar porcentaje, que toquen todos”. Y si hay más mujeres que hombres, mejor.

Se ve en muchas bandas que hay más presencia, incluso con mujeres al frente, como en la Fierro, el Quinteto Negro La Boca, el Cuarteto La Púa…

D: Es que siempre fue así, no te creas. Por lo menos, por lo que yo viví, desde mi vivencia dentro de esto, siempre lo viví.

WC: Cuando se juntaron para hacer la firma del cupo, vinieron a firmarlo acá. Me pidieron a mí de abrir la persiana para que vengan. Se llenó. Me parece que es algo tan obvio eso que no hace falta hacer ningún alarde. Las que no están, es porque no se anotaron.

¿Cómo hicieron para elegir esas 80 agrupaciones entre las 180 propuestas, qué criterios determinaron que entren o no al FACAFF?

WC: El criterio es música y letra contemporánea, principalmente. Actual. Ningún estereotipo, ninguna canción clásica. Después, las primeras bandas son las que ya participaron, que son amigas, que son afines, tuvieron el lugar, la oportunidad para elegir el día. Después el criterio es bandas que no tuvieron escenario, que no tocaron o tocaron muy poco, que no tienen la oportunidad de mostrar. Y si hacen una fecha acá en el CAFF o en otro club de música, capaz no tienen la oportunidad de meter gente porque no los conoce nadie. Entonces, es empezar a foguearlos dentro de un festival, con otras bandas que ya tienen trayectoria y tienen público. Ese es más o menos el criterio. Después está Peredo, Marian. Desde el que no tocó nunca al consagrado. Es difícil elegir, por eso pusimos Benigno para que puedan entrar 35 bandas más, pero quedaron 100. Igual muchas de las que se anotaron tenían un criterio más clásico. Nosotros pedíamos un video con un tema propio, porque la idea es eso, mostrar lo que está pasando ahora, porque lo otro ya se vio, se muestra, está en todo lados. Pero estos pibes no tienen ningún lugar para nada, la calle, o arriba de un subte. Los juntamos ahí, no sé si se logra.

Tercera edición y el FACAFF sigue creciendo. ¿Hay perspectiva para los años siguientes o vamos viendo?

WC: Tango a tango.

D: Festival a festival.

WC: Todavía no empezamos el tercero, así que vamos a preparar el tercero… Vamos a ir agregándole más cosas que los anteriores, más actividades. Yo creo que este festival tiene que seguir construyéndose y armándose aunque no estamos nosotros, aunque no esté el CAFF. Tiene que seguir haciéndose, porque no es el lugar, o quién lo haga, sino que es el tango mismo que tiene que juntarse.

D: Hay una unión tan grande entre el que hace luces, el sonidista… es como una familia, realmente es así. Todos cumplen su rol y cada uno sabe la importancia que tiene lo que está dando. Y tirando para el mismo lado.

Los distintos encuentros de la Familia del CAFF contarán, además, con una feria de editoriales independientes, muestra de fotos, charlas y talleres, e intervenciones de la Fundación León Ferrari. Aseguran que habrá alguna sorpresa, pero para descubrirla habrá que asomar el bocho hacia alguno de los tugurios donde la voz del tango vivo dirá: “acá estamos, estos somos”. El cierre de la nota quedó a cargo de los anfitriones, como lo saben hacer:

WC: Chin pum.
D: Unidos o engominados.