La canción que eligió Metallica para sonar con Lady Gaga fue “Moth into flame”, uno de los cortes su último disco: «Hardwired… to self destruct”, que fue lanzando a fines de 2016.
Lo cierto es que gran parte del público tuvo una recepción muy buena a esta propuesta de mezcla estilística, y no dejándose llevar por los prejuicios, volcaron su interés en ver cuál podía ser el resultado.
Fue una noche para el recuerdo, el grupo tocó la canción con su habitual fuerza arrolladora y Lady Gaga no desentonó al aportar su personalidad y su de voz, mientras que James Hetfield se puso furioso porque tuvo problemas con su micrófono.
La diva del pop, finalmente terminó arrojándose al público del Staples Center de Los Angeles.