Jael Valej: «El mainstream, amoroso, pero acá somos un montón que tenemos cosas para decir»

Jael Valej es compositora, cantante y productora de ciclos de música y arte de la escena independiente en Buenos Aires. Desde hace un tiempo se la puede escuchar por diferentes espacios del under porteño. Comprometida hasta los huesos con el movimiento de mujeres en la música y convencida de que es un tiempo histórico de transformación social del que no se vuelve.

-Hace poco participaste en el ciclo Acústicos en el Jardín donde, justamente, es visible la convocatoria a músicas y compositoras mujeres…

¡Sí, por suerte sí! Eso es gracias a Soledad Velasco, directora de Pulso, que es la que está organizando, o por lo menos es la persona que más al frente de la organización está. Super meritorio y quiero agradecerle mucho a Sole por la oportunidad de tocar y por visibilizar a las mujeres en un momento en el que estamos pidiendo por la Ley de Cupo de mujeres músicas en los escenarios. Yo estoy en un par de agrupaciones de mujeres que se pide eso y que está teniendo por lo menos un impacto social en la cultura, en el arte y también en el público, porque se visibiliza y lo podemos decir. Respetar eso, el cupo femenino y que haya más chicas en el escenario porque el porcentaje venía siendo muy injusto.

– ¡Si, y lo sigue siendo!

¡Sí! Pero hay cosas que están pasando que son históricas, por ejemplo, en el Cosquín Rock siempre hay re pocas mujeres y ahora hay una banda íntegra de mujeres en homenaje a Led Zeppelin. Se llaman  Led Ladies. Y también cosas loquísimas como el año pasado que Fabiana Cantilo fue tapa de revista Rolling Stone ¡por primera vez en toda su carrera!,  Fabi, una de las rockeras históricas del país, ¡fue tapa por primera vez a los 60 años! Esas cosas son increíbles, por malas, y también increíbles de buenas. Marilina Bertoldi que ganó el disco del año en 2018, primera vez que una mujer gana en esa categoría. Mucha proliferación de festivales específicos para la mujer y también mixtos hay cincuenta y cincuenta.

Fuente: Revista Rolling Stone

No es menor ni mucho menos se trata de casos aislados los que menciona Jael en la entrevista, sino que queda en evidencia lo que tiene de estructural el sistema patriarcal y cómo opera en distintas esferas de la vida social. Todavía resuenan las palabras del organizador de Cosquín Rock, José Palazzo, cuando declaró en contra de la Ley de Cupo diciendo que no alcanzaría a cubrir el mínimo porcentaje aludiendo a la falta de talento de artistas mujeres a la altura de festivales de música.  Al respecto, cabe recordar lo que escribió Leonela Esteve Broun en una nota de análisis publicada en Corriendo la voz hace algunas semanas: “de eso se trata el proyecto de Ley de Cupo Femenino y Acceso de Artistas Mujeres a Eventos Musicales, de darnos el lugar que merecemos, que nos corresponde y que nos siguen quitando. Porque en este punto, es imposible no acordar con Palazzo. Las mujeres han tenido ‘un papel distinto’ en la historia del rock y de la música no sólo argentina sino también internacional. Pero ese rol no tiene nada que ver con una falta de ‘talento’, de artistas o de producción musical femenina. Se trata de años de exclusión, de discriminación y de violencia hacia aquellas mujeres que han intentado e intentan hacerse un espacio en el mundo de la música.” Sin duda lo que señala Jael es cierto, hay organización social y el frente de Músicas nucleadas con el objetivo de promover la Ley se extiende cada vez con más fuerza a lo largo y a lo ancho del territorio nacional.

Eso fortalece una plataforma de intercambio, de trabajo…

Las chicas se van animando mucho más a darse a conocer, porque es como todo, cuando no se hable, cuando nadie dice, entonces yo tampoco digo, como nadie se muestra yo tampoco me muestro… Pero, obviamente, esto es más allá de nosotras, es culpa de la sociedad machista donde estamos metidas y estamos todas en deconstrucción. Es un proceso lindísimo, duro, pero lindo.

– Porque son estructuras las que tienen que moverse, siempre hay que aclarar que no es contra los compañeros de banda o productores.

No, aparte hay muchos compañeros del amor. Yo pienso que todos los compañeros que integran los espacios en los que estamos nosotras, que nos acompañan en nuestras bandas, yo tengo una banda en la que son casi todos hombres, son los compañeros del amor. Y una puede estar ahí, al frente.

– Hablemos de tu proyecto…

El proyecto es Jael Valej, yo hago canciones desde hace más o menos seis o siete años, empecé casi de un momento para otro, en medio de una angustia muy grande, yéndome del país. Así empecé a hacer canciones. Yo cantaba, vengo del palo del góspel porque vengo del palo del evangelismo, me alejé y a la vez agarré la guitarra y empecé a componer cosas que tenían que ver más conmigo. Entonces necesitaba reconocerme, saber quién era. Fue un regalo, mis canciones ya hicieron un montón por mí, las empecé a hacer para curarme. Sigo haciendo canciones porque la gente que conozco gracias a ellas, gracias a la música, es de lo mejor que conocí, me transforma todo el tiempo, por eso sigo.

– ¿El motor para componer tiene que ver con el autoconocimiento?

Sí, con el autoconocimiento y con la gente. No tengo más que satisfacciones en la música. Me lo tomo súper light, que llegue a donde deba y que vaya y que fluya. No me pongo presiones, recién ahora estoy empezando a grabar algo que no sé si será un disco, estoy grabando singles… así que, si, autoconocimiento y también vínculos, sanos.

– Por eso es importante compartirlo, el vivo…

Totalmente. Yo me centré los primeros años en eso, no me di cuenta que tenía que grabar. Me avivaron después, los chicos de la banda, compañeros, amigas que estaban en la música y, de hecho, lo que estoy haciendo tiene que ver también con los vínculos y mis amigos de la música. Porque decidí darle una canción a distintos amigos, una a cada uno, amigos que les gusta hacer producción y entonces está saliendo todo súper distinto, con mi impronta, mis melodías, mis letras, con amigos que admiro porque son grandes músicos pero producidos todos los temas por gente distinta y eso ya es un concepto de disco. Sí está mezclado por la misma persona, por el mismo operador de sonido y casi que íntegro grabado en el mismo estudio, pero producido por toda gente diferente.

– ¿Cómo empezás a componer? 

Depende de cada tema y además, va mutando por épocas. En algún momento empezaba más por la letra porque era mi fuerte, soy muy de escribir, ando con una libretita y voy escribiendo frases que se me ocurren y sirven como disparador, además, de música mucho no sabía, estaba recién arrancando con la guitarra. Ahora arranco por el ritmo porque vengo de un palo todo medio groovero y me gusta mucho el soul. Arranco con pistas de batería sola y empiezo a flashear con algunos acordes, y de ahí algunas melodías. Igual no me identifico mucho con lo primero que compuse.

– ¿Eso es bueno?

Sí, para mí sí. Habla de un crecimiento. Porque todas mis canciones son para curarme pero sobre todo las primeras fueron una purga importante, mucha pavada, previas a la deconstrucción antes de abrazar al feminismo. Hasta con resentimiento sobre algunas cosas. Cambié mucho, por suerte, y creo que queda reflejado. Muy, muy reprimida, eso lo quiero decir. Había mucha represión en mí.

– Eso debe ser equivalente a la liberación, el poder decirlo…

Sí. ¡Totalmente! Es así.

– ¿Estás grabando y el horizonte, la idea es tener el disco durante 2019?

No sé. Ahora estoy largando singles. Yo creo que en algún momento el disco, sí. Tengo un nombre pensado en algún momento me voy a cansar de grabar y diré acá se cierra y con las canciones que haya, las que ya hayamos lanzado… las compilaré y saldrá el disco en formato digital supongo el primero porque ‘macrisis’. Además es una producción independiente y amiguera. Para mí eso es un montón, que mis amigos quisieron acercarse a mis canciones y que ayudan a que brillen, a que suene como suenan. Eso es lo más lindo de todo esto.

– Además, sos productora…

Le estoy tomando el gusto a la producción y grosas productoras a las que me estoy pegando. Soy muy desorganizada pero estoy aprendiendo un montón y sobre todo a rodearme de gente que sea mejor que una siempre. Y a buscar eso, poder compartir, derivar, a confiar en el otro. Alabar todo lo bueno que tiene el otro. Estoy muy enganchada, siento que lo colectivo es la respuesta y el camino para todo. Estoy copada y me encanta trabajar en equipo. Me parece que una sola mirada nunca es suficiente para nada porque la pluralidad de voces siempre es positiva.

– Y es necesaria la autogestión para programar cosas nuevas…

Y sí, muchos grandes músicos y amigos. Gente que está mucho en el under y eso también, se le está dando mucha cabida al under porque el mainstream, amoroso, pero acá somos un montón que tenemos cosas para decir y a veces son más del amor y la revolución que lo que sale por la tele.

Foto de portada @jaelvalejcanciones