Ayer nos hicimos presentes en el Centro Cultural Matienzo para ver el show de los Churupaca, que arrancó pasadas las 23 ante un recinto que estaba lleno. Si quisiéramos encasillar a la banda en algún género sería difícil, por no decir imposible, ya que se escuchan sonidos del rock más puro hasta de cumbia con algunos dejos de música de los balcanes.

Una vez que terminó el recital, conocimos a Isabela, una estudiante de antropología de Italia que vino a hacer unas materias en la UBA. Ella conoció a Churupaca hace unos años, por intermedio de una argentina con la que coincidieron de viaje por Australia, y se volvió fanática. Ayer se la veía muy emocionada, ya que después de mucho tiempo iba a poder ver a la banda que tanto le gusta en vivo. Nunca deja de sorprender y de emocionar la apertura de la música, que tiene la suerte de olvidar las fronteras mucho más que nosotros, los humanos.

A continuación, para volver a disfrutar del show, les compartimos el registro visual captado por Nicolás Avelluto.