#Crónica Festival GRL PWR Rosario: la revolución está en marcha

El viernes 19 de abril tuvo lugar la primera edición rosarina del Festival GRL PWR. Se trata de un evento dedicado a recordarle a quienes haga falta (ejem Palazzo ejem) que el problema no es que no exista talento femenino o disidente, sino que no haya productores dispuestes a generar los espacios para mostrarlo y celebrarlo. Corriendo La Voz te trae la crónica de un festival que, con un line up que incluyó artistas rosarinas, nacionales e internacionales, les demostró a todes que la música no es sólo cuestión de hombres y que las mujeres y las disidencias tenemos mucho para decir.

A partir de las cuatro y media de la tarde, la gente comenzó a llegar al Galpón de la Música. Afuera, se sucedían las postales propias de la costanera rosarina: mates, pescadores, ferias. Adentro, se empezaba a gestar lo que serían más de 8 horas de música feminista.

Apenas cruzar la puerta, te recibía toda el brillo, la diversidad y la alegría que caracterizan al movimiento feminista. Bastaba hechar una miradita a los puestitos de la feria para encontrar libros, ropa interior, accesorios, juguetes sexuales pero también maquillaje artístico y tatuajes a la carta para les más audaces. En las columnas del galpón se podían ver fotos de marchas feministas, movilizaciones por la Ley del aborto y un sin número de carteles que anunciaban que no estabas en un festival cualquiera sino es un festival feminista: “espacio libre de violencias”, “no es no”.

Alrededor de las cinco y media, subieron al escenario Gabriela Borrelli y Barbi Recanati. Como representantes del mundo de las letras y de la música, respectivamente, pero también de la radio, el podcast y la producción periodística, ambas hablaron de la importancia que tiene crear nuestros propios espacios, de manera colectiva. Desde su experiencia como música, Barbi aprendió que “si no nos hacemos lugar entre nosotras, no lo hace nadie” y que la mejor manera de dejar de “comernos el verso de que el rock es cosa de chabones” es apoyarnos entre nosotras y generamos más espacios, como el GRL PWR, en los que nos encontremos y mostremos lo que hacemos: “construyan su propio festival. Hagamos nuestro propio mundo”. Gabi Borrelli remarcó la importancia de unir lo individual con lo privado: “un festival de mujeres es un instrumento de lucha, para visibilizar, para que alla una paridad no impuesta sino natural. Nuestra visión del mundo tiene que estar.

Antes del primer acto musical, hubo lectura de poesía de la mano y voz de poetas como Valentina Lo Picolo, Martina Sierra, Julia Enríquez, Alejandra Benz, Anabel Martín, Marianela Luna, Rocío Muñoz Vergara y Dalia Desamor.

Luego, subió a las tablas la encargada de abrir la pata musical del festival, la cantautora rosarina Evelina Sanzo. Armada sólo con su guitarra y su poderosa voz, Evelina nos trajó sus canciones sentidas, pobladas de mujeres, de deseos, de amores disidentes y en algunos de sus temas, contó con la compañía de la poeta, actriz y amiga, Dorita Do, que mientras Evelina cantaba Tabú, recitaba, con una fuerza arrolladora y emocionante, cifras referidas a la violencia sexista, los femicidios y el abuso infantil.

El segundo acto también fue rosarino: el trío Aguaviva integrado por Clara Sabetta en voz y sintetizador, Barbara Ranzuglia en bajo y Maia Basso en ritmos, sintetizadores y voz. Las chicas, entre juegos de luz hipnóticos, trajeron todo el flash de su música electrónica que explora sonoridades, texturas y matices experimentales que crearon un clima hipnótico entre el público. Como si hiciera falta más, contaron con la presencia de Filomena, une bailarine que con un body negro y plataformas agitó la fiesta y nos deleitó con sus movimientos al ritmo de la música.

Luego fue el turno de las Fémina. Provenientes de nuestra Patagonia, la banda integrada por Clara Trucco, Sofia Trucco y Clara Miglioli trajo una fusión de sonidos increíble. Mientras la pantalla a sus espaldas nos mostraba imágenes de un bosque reverdecido, ellas nos obnubilaban con sus armonía vocales en canciones como Arriba (“Mil voces llenas de espíritu llenando el vacío”) perteneciente al flamento nuevo disco Perlas y Conchas, que vinieron a presentar. “Queremos vivir el experimiento con ustedes”, aseguraron. La delicadeza descarnada de sus melodías culminó en emoción durante Los senos, canción que reinvidica la experiencia vital de ser mujer sin perder de vista que acarrea mucho dolor: “Duelen los senos de tanto doler/duele el ser de tanto ser/habrá que ceder exigirse existir/y extinguir el ser que duele/y ser sin doler”. Sin dudas, mientras Fémina estaba arriba de las tablas, todas éramos sin doler.

Antes de la siguiente artista, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Rosario tuvo su momento sobre el escenario. Recordaron lo que todes les militantes del aborto legal sabemos: que no dejamos de pelear por nuestros derechos nunca y menos que menos en un año electoral. Como es tradición, sacamos a relucir los pañuelos verdes en un pañuelazo masivo y emocionante.

Acto seguido, se vinieron las rimas, el flow y el feminismo desde Chile: Ana Tijoux trajo a Rosario toda su fuerza y su contudencia. Desde el inicio bien arriba con Shock, canción más que apropiada para los tiempos neoliberales que corren, el show recorrió muchas emociones. Con Antipatriarca, tal vez su canción más difundida, el acompañamiento del público fue tan impresionante que llegaba, por momentos, a tapar la voz de la artista. Pero, sin dudas, la canción más emotiva fue Sacar la voz. “Esta canción se trata sobre empoderamiento y de eso se trata el festival que nos reúne. Estamos en un momento álgido del fascismo latinoamericano y mundial y tenemos que organizarnos. A sacar la voz” dijo la cantante antes de entonar los versos de un tema que defiende el espíritu mismo detrás del Festival GRL PWR.

La grandes figuras rosarinas fueron las Alto Guiso, una de las bandas más convocantes, innovadoras e interesantes que nos ha dado la escena musical actual de la ciudad. El cuarteto, formado por Ani Books en voz y loops, Sofia Pasquinelli en guitarra, Flor Crocci en bajo y voz y Melina Spizzirri Sinte en trombón y voz, hizo bailar a todo festival de manera increíble. Incluyeron muchos temas de su LP, Psicoguiso, como Mierda y Birra Fría, pero también presentaron un tema nuevo que contó con la presencia y los versos de una colaboradora habitual de la banda, Paola Santi Kremer, que nos regaló frases hermosas como “son así las pibas/altas bichas de luz/prenden fuego almas con sus propios fuegos”.

La penúltima artista fue nada más y nada menos que Marilina Bertoldi, bautizada por Barbi Recanati unas horas antes como “la reina del rock”. Su setlist recorrió la mayor parte de su último disco, Prender un fuego: con la explosiva O no, que tiene uno de los versos más representativos del poder del feminismo (“Quiero avisarles algo/Estaba enojada/ y ahora estoy preparada/ ¿o no?”), la locura fue total y el pogo multitudinario. Antes de tocar Correte, Marilina hizo una pregunta que trajo a la luz lo que muches habíamos sentido a lo largo del día: “se sienten seguras? Cómo que caminas distinto”. Y así fue: todo el día la fiesta fue de la música y el feminismo porque no teníamos que pensar en otra cosa que no fuera disfrutar de canciones como Sexo con Modelos, Tito Volvé o Y deshacer. Antes de cerrar con la increíble Racat, Marilina recordó la significancia de lo que estábamos viviendo en el festival: “es empezar a hacer realidad lo que venimos pensando, lo que venimos soñando”.

Cuando parecía que no podíamos estar más manija, subió al escenario Ofelia Fernández que, con su fuerza, su emoción y también su enojo, hizo una perfomance poética cargada de reinvidicaciones, luchas y reclamos feministas, que transmitió un pulso eléctrico entre les presentes. “El feminismo es nuestro única opción” concluyó, con una ovación de la gente que no se hizo esperar.

Finalmente, la increíble Sara Hebe cerró un festival surreal. Con su pelo organizado en dos largos mechones, su ropa amplia y su potencia sin igual, llevó la energía que se fue acumulando durante el festival a un nuevo plano. Recorrió distintos puntos de su discografía con clásicos como El que mejor ría, Jeni y la imprescindible Historika (que, por supuesto, fue cantada a gritos por el público) pertenecientes a su disco La hija del loco; al igual que hitazos como El Marginal y Ho! Pero también estrenó novedades recién salidas del horno como La Noche en la que hizo subir a cuatro bailarinas que presentó como “sus amigas de Santa Fe” y en la que el baile, la joda y la fiesta fueron totales.  El cierra vino de la mano de :·:A.C.A.B. un tema potente y filoso, que forma de su nuevo disco Politicalpari, y tienen perlitas como “Nadie se suicida en una comisaría/Yo abortaría por si se hace policía”.

Bajar a la realidad nunca fue tan difícil como cuando se apagaron las luces del escenario del Festival GRL PWR. Resulta difícil resumir todas las emociones, las sensaciones y los viajes por los que pasamos aquelles que fuimos testigues de un hecho sin precedentes en la ciudad de Rosario. Durante tantos años nos hicieron creer que los festivales no eran cosas de chicas y que nuestro único rol es ser espectadoras o adoradoras que haber presenciado la sucesión de estilos, ideas, proyectos y géneros que tuvieron lugar en el Galpón de la Música parece un sueño. Pero no lo es. Es el cambio, es la revolución. Es la marea feminista que no descansa y que sigue apostando a un presente y un futuro más diverso, más inclusivo. Y, ¿saben qué? Ya no hay vuelta atrás.