Bestia Bebé y Valle de Muñecas detonaron la noche porteña

A pesar del calor agobiante y la proximidad de una tormenta que prometía complicar la noche, Niceto Club se colmó de gente y fue testigo de una velada a puro rock de la mano de Valle de muñecas y Bestia Bebé. Potencia, guitarras al palo y mucho pogo, fueron los protagonistas de una fecha imperdible en el barrio de Palermo.

Rosedal fue la primera banda encargada de calentar la noche. Los rosarinos ya tienen casi dos años de trayectoria y con sus melodías pop rock con arreglos cercanos al shoegaze hicieron un buen papel y entretuvieron a los primeros en llegar a Niceto.

Pasadas las nueve y media, Valle de Muñecas salió al escenario y arrancó su set con Ni un diluvio más. Le siguieron La Llave de los días mejores, Insomnio y Cuentos para no dormir jamás, en lo que fue un inicio arrasador. Siempre vale la pena ver a los liderados por Manza, que ya con 16 años de trayectoria se transformaron en una de las bandas argentina de culto del Siglo XXI.

“Bienvenidos al 2109” proclamaba Manza en lo que significó el primer show del año para la banda. Recordemos que, gran parte del 2018, estuvieron abocados en producir y presentar su concert film “Más allá de Valle de Muñecas”. Mil Formas de estrellarme, 1000 km y La soledad no es una herida encaminaban a la recta final del show que terminaría con la clásica Días de suerte. El set fue impecable, no bajó de los 9 puntos en ningún momento y dejó a Niceto preparado para lo que se venía.

Bestia Bebé es el claro ejemplo de que no es necesario desplegar una gran puesta en escena, luces encandilantes o visuales deslumbrantes para realizar un gran espectáculo. Rondador Nocturno, Wagen del pueblo y Jóvenes y viejos fueron el punta pie inicial para una noche en la que la banda de Tom Quintans demostró ser una de las bandas insignias del indie local junto con El Mató y Las Ligas Menores, entre otras.

Los shows de Bestia Bebé se caracterizan por ser una gran fiesta en las que se mezclan el rock y la pasión futbolera bien entendida. De esta manera sonaron El Monje, canción dedicada a Zinedine Zidane y su recordado cabezazo en el mundial de Alemania 2006, y El uruguayo, homenaje al ícono racinguista de la década de los 90 Rubén Paz. También hubo espacio para volar y relajar mientras sonaban temazos como El gran Balboa, Resto del Mundo y El amor ya va a llegar.

Sin duda uno de los mejores momentos de la noche se dio cuando la banda arrancó con los primeros acordes de Shakermaker de Oasis, seguida de La vida de que te embrolla de Hojas Secas, para terminar a puro pogo con la trilogía final: Lo quiero mucho a ese muchacho, Tigre de metal y Fiesta en el barrio.

Un total de veintidós canciones y un show de casi dos horas para cerrar una noche en la que Bestia Bebé demostró que ya no es más una promesa del rock nacional. En los próximos días se embarcarán en una gira por Europa que, tal vez, signifique una bisagra en la banda. ¿Será el momento del despegue definitivo? ¿De la masividad? Ya veremos…Mientras tanto seguimos disfrutando de una banda que por los shows que brinda y por su propuesta musical, está en la lista de las mejores de nuestro país.

Fotos: Paula Ruiz